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viernes, 6 de febrero de 2015

Más de 100 Cuentos, Reflexiones, Decretos y Afirmaciones, para sanar la mente, el alma y el cuerpo.



Los cuentos estimulan la creatividad y la imaginación del niño, acercándolo al buen hábito de la lectura, despertando su interés por descifrar lo que dicen los libros con respecto a la vida real.
El niño se podrá identificar con las situaciones de los personajes de los cuentos, tomando el papel de un personaje hasta encontrar en ellos la solución de los conflictos. 
Hay muchas situaciones difíciles que los padres afrontan, sin tener la respuesta correcta para educar a sus hijos, y muchas veces tampoco  las instituciones educativas ó religiosas se interesan en mencionar.
No todas las verdades de los adultos son ciertas, aunque en alguna ocasión les haya dado buenos resultados; a todos se nos regaló un libre albedrio para ejercer nuestra voluntad y encontrar nuestra propia verdad.  
Al leer los cuentos los niños, preparan la estructura mental y espiritual que traen en su inocencia, permitiéndoles desarrollar su creatividad, su imaginación, para fortalecer su identidad y su parte más humana que es la espiritual, el poder del Ser, sobre la fuerza del ego, es pisar firme sin vacilaciones para toda su vida.

Los Ángeles Mensajeros de Dios


PARA ESTE MES DEL AMOR Y LA AMISTAD

No tenemos que hacer nada para conseguir el amor, como el pez no tiene que esforzarse para respirar el oxigeno del agua. Yo puedo impedir que el amor entre a mi vida, y que florezca desde mi interior. Nosotros somos hijos del amor, nuestra esencia es el amor. Si yo no soy capaz de dar amor, nadie me podrá dar amor. El que no tiene amor en su interior, y lo esta buscando en las personas y cosas, nunca podrá encontrarlo. El que ofrece migajas de amor, migajas y sobras de amor conseguirá. El que mendiga amor, limosnas recibirá. El que sigue esperando que el amor toque las puertas de su vida, se cansará de esperar.

lunes, 2 de febrero de 2015

LAS ESTACAS

Había una vez una caravana de viajeros con su respectivo camello que viajaba a través  del desierto, y al llegar el atardecer tenían que hacer un alto, y prepararse  para pernoctar  esa noche. Eran  muchos los  viajeros y cada uno era responsable de su propio camello; su labor era  levantar su propia tienda de campaña para pasar la noche, pero antes tenían  que enterrar una estaca en la arena para amarrar a su  camello, para que no saliera huyendo durante la  noche. Pero resulta que un viajero no contaba con la estaca ni tampoco con la cuerda para sujetar a su camello, entonces tuvo que pedir auxilio al guía y dueño de los camellos, éste le dijo que  los camellos  son tan nobles y también un poco tontos: