Ser MANSO y HUMILDE de corazón, es un camino muy necesario en
nuestros días, en medio de tanta violencia familiar, laboral, escolar, social y
mundial. Jesucristo vino a enseñarnos el camino que debemos seguir en nuestras vidas, ya que viendo que en el
entorno y la condición de nosotros los
seres humanos, predominaba el poder del más fuerte, del más astuto para
engañar, y causar daño a los débiles. Jesús mostró un poder mucho más grande que el
poder militar, el poder de la sabiduría
humilde y el amor penetrante. Mansedumbre no es debilidad, sino poder bajo un
perfecto control de nuestras emociones, de nuestros actos, y la vida se
desplegara rindiéndose a nuestros pies. La persona que posee esta cualidad
perdona las injurias, bendice al opresor porque posee un corazón de hierro que
no podrá lastimar el tirano, pero un corazón tan tierno que podrá amar a todo
el mundo, porque gobierna muy bien su propio espíritu.
La Biblia describe, que las personas que alcanzan la Mansedumbre
y la Humildad, heredarán la tierra, la conquistaran,
serán los dueños absolutos de su propio universo de amor y paz, aunque para
otros su mundo se esté derrumbando. Dios
se levantará para salvar a los mansos de la tierra.
Mansedumbre es la virtud para eliminar
la ira y sus efectos negativos como los arrebatos de cólera. Es una forma de
templanza que evita toda maldad y resentimientos por el comportamiento de otros.
HEBREOS 12:14-15
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor. 15: Mirad bien, no sea que
alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
OREMOS:
Padre te bendecimos, te adoramos y te exaltamos. Hoy venimos delante de tu
presencia, para pedirte perdón por nuestra falta a los que hemos ofendido. Ayúdanos a tener un carácter
amable, amoroso y compasivo. Permítenos aflorar el Don de la Mansedumbre para con los demás, para que podamos ser
bendecidos por ti Padre, porque si mantenemos ese espíritu de violencia,
rabia y resentimiento, no podremos recibir tú gracia. Ten misericordia de
nosotros, te encomendamos a nuestros hijos, cónyuges, padres y hermanos, que se unen a este clamor; por aquellos que tienen un carácter duro por
alguna herida del pasado. En el nombre de tu amado hijo Jesucristo todopoderoso
te lo pedimos. Amén.
BENDICIONES A LOS IMPIOS Y A LOS MANSOS
DE CORAZÓN!! .
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