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domingo, 18 de enero de 2015

EL PIRATA ANALFABETA

Malvavin había nacido en una familia de piratas, no recordaba físicamente a su padre, quien le heredó una pequeña fortuna, producto de sus múltiples atracos a embarcaciones comerciales; monedas de oro, joyas, coronas, vasijas, espadas, sombreros, mapas, etc., era lo que guardaba su herencia en un gran cofre, con el cual jugaba a solas queriendo ser un pirata temible. Cuando él tenía dos años, su padre se embarcó en un viaje muy largo a través de los siete mares y nunca más  regresó. Su madre había trabajado desde entonces para que no le faltara nada a su pequeño hijo, pero Malvavin  había nacido con las mismas ideas que su padre, así que fantaseaba con navegar con la bandera de un pirata  a través de los mares.

Malvavin crecía entre juegos de bandidos y  piratas, y nunca le gustó ir al colegio, aunque los castigos  y regaños estuvieran a la orden del día. Fueron grandes batallas las  que tuvo que enfrentar  su madre, porque quería que se convirtiera en un  hombre de bien, educado, culto y trabajador, pero nada haría cambiar su forma de pensar, pues Malvavin quería ser pirata como su padre. Y así  creció en un mundo de fantasías deslumbrado por los tesoros, hasta que un día su madre cansada de las discusiones con su hijo, se dio por derrotada y desde ese momento empezó un ataque de críticas: “Eres un fracasado, no sirves para nada, terminarás como tu padre siendo un don nadie, no sabes leer, no te gusta bañarte, te convertirás en un  mendigo pidiendo limosna sin saber contar lo que te den”.
Y fue así como creció Malvavin en un ambiente sin palabras de amor, ni muestras de cariño, trabajando en labores de todo tipo, de un lugar a otro; pero era siempre despedido por la poca capacidad de entrega en sus labores y por su baja autoestima, ya que  era un pobre soñador sin ningún plan  hacia dónde dirigir su vida. En algunas ocasiones recordaba sus juegos de la infancia, de aventuras y viajes, entonces nuevamente fue recuperando la esperanza de algún día recorrer los mares en un barco pirata.
En una ocasión llegó un verdadero barco pirata al puerto donde estaba trabajando como mozo de una cantina, y  pudo conocer a los horribles piratas en persona, con sus desgastadas y sucias vestimentas, sus desarregladas cabelleras y barbas sin forma; se suponía que eran hombres ricos por sus múltiples robos. La sorpresa fue mayor cuando empezaron a reclutar hombres para acompañarlos en sus travesías:

-Pirata Barba larga: -Atención!!!!, estamos buscando a hombres que no le tengan miedo a la vida ni a la muerte, que estén dispuestos a dejar a sus familias, bueno si es que las tienen. No importa si son unos grandes tontos que se consideran fracasados, no importa si no saben leer ni  escribir, al fin y al cabo  no lo van a necesitar, solo estamos buscando a gente que No sepa qué hacer con su vida, que sueñen con encontrar  tesoros escondidos en las islas más lejanas.
Después de unos instantes, solo unos cuantos  de los ahí presentes levantaron la mano, mientras que Malvavin titubeo un poco, hasta que su débil voluntad lo hizo levantar su mano, y fue así como ese mismo día estaría pisando el gran barco pirata; ya no había forma de retornar pues el barco había zarpado  sin rumbo conocido para él.   Las especificaciones de su nuevo trabajo se las dieron a conocer durante el viaje.

Y así empezó una nueva y difícil  vida para Malvavin, ya que después de un par de años no pasó nada extraordinario para él, solamente robos a pequeñas embarcaciones que se encontraban a su paso. Los días eran monótonos y  aburridos  para Malvavin y para muchos más;  pues eran largas las  jornadas de trabajos forzados sin paga alguna, recibiendo a cambio solo comida, pero en su mente abrigaba la esperanza de algún día encontrar un verdadero mapa que  lo condujera a encontrar un gran  tesoro, como los que relatan los  cuentos de algunos libros..
Malvavin sentía un poco de paz cuando a media noche todo  el mundo dormía, y él podía salir  a cubierta a mirar las estrellas, y reflexionaba  sobre el fracaso total de su vida, pero se sentía joven para corregir  su destino, y desde ese momento bajo las estrellas empezó a crear con su imaginación su nueva vida y se repetía una y otra vez  todas la noches que él era el gran pirata Malvavin .
Una noche se confabuló una rebelión cuando el barco estaba anclado en una isla deshabitada; tomaron al capitán Barba Larga  y a sus hombres de confianza como prisioneros, atándolos de pies y manos,  fue una  lucha en donde murieron algunos hombres. El capitán Barba Larga  y algunos  hombres de su tripulación fueron abandonados en la isla.

Después de haber zarpado la embarcación, solo iban a bordo los hombres que habían trabajado como esclavos, hombre peligrosos, sin educación alguna, pero expertos en la lucha cuerpo a cuerpo.
Después  de festejar por  varios días  su victoria, despertaron a la nueva realidad, ya nadie sabía qué hacer, hacia donde dirigirse; estaban perdidos en la inmensidad del mar; nadie sabía leer  un mapa, ni una brújula, no sabían en que parte del mar se encontraban.
Y así empezó la pequeña y corta aventura de Malvavin. Todos los piratas que participaron en la rebelión lo designaron como el  nuevo Capitán del barco pirata, no por su rudeza, no por su capacidad de luchar, sino por  ser el   hijo de un pirata.

Poco tiempo después revisando el camarote del antiguo capitán,  encontraron varios mapas de posibles tesoros, y también cofres llenos de monedas de oro, joyas, diamantes y muchas  cosas mas   Todos querían su recompensa  por partes iguales, pero nadie sabía contar, ni  leer,  mucho menos descifrar mapas de tesoros,  no sabían dónde estaban ni  hacia donde se encontraba  el Sur.

Después de semanas de andar a la deriva, se fueron terminando los alimentos y el agua, hasta que un día se cruzaron con un barco comercial. Lo primero que hicieron fue quitar la bandera de pirata, e inmediatamente colocaron una blanca en señal de paz y ayuda. Momentos después los comerciantes recibieron a Malvavin y fue como consiguieron ayuda a cambio de una parte de sus tesoros. Después de recibir provisiones fueron guiados al puerto más cercano, y al ver nuevamente tierra sintieron que sus vidas volvían a renacer. Ya estando en tierra los piratas decidieron dejar el barco y hacer una nueva vida, ahora en la ciudad pues contaban con riquezas suficientes.

La mayoría de los piratas terminaron en la miseria, la pobreza porque su ignorancia de no saber leer, escribir, hacer operaciones comerciales e inversiones, fueron fácilmente despojados de sus tesoros. Para Malvavin fue una muy buena prueba para tomar conciencia de su vida. El en cambio invirtió su riqueza en estudiar de todo, matemáticas, literatura, economía, historia, geografía, y ya con todo el conocimiento de los libros pudo enfrentar los  mares, continentes, países, puertos comerciales, rutas, mapas, estrellas, operaciones comerciales, inversiones. Pudo cumplir su sueño de conocer el mundo y de paso se hiso rico.

Malvavin pudo comprender que el conocimiento es la llave para ser libres por cualquier parte del mundo y moverse como peces en el agua. Y la ignorancia es el camino a la esclavitud, a la  perdición, al fracaso, al sufrimiento, porque no se tienen las herramientas para sobrevivir en la vida. Y en cualquier parte que viajaba Malvavin, llevaba este mensaje a los niños y jóvenes. “Que tienen que estudiar mucho,  porque el conocimiento es la salvación”.
  
F i n.


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