Los cuentos estimulan la creatividad y la
imaginación del niño, acercándolo al buen hábito de la lectura, despertando su
interés por descifrar lo que dicen los libros con respecto a la vida real.
El niño se podrá identificar con las situaciones de
los personajes de los cuentos, tomando el papel de un personaje hasta encontrar
en ellos la solución de los conflictos.
Hay muchas situaciones difíciles que los padres afrontan,
sin tener la respuesta correcta para educar a sus hijos, y muchas veces tampoco
las instituciones educativas ó
religiosas se interesan en mencionar.
No todas las verdades de los adultos son ciertas,
aunque en alguna ocasión les haya dado buenos resultados; a todos se nos regaló
un libre albedrio para ejercer nuestra voluntad y encontrar nuestra propia verdad.
Al leer los cuentos los niños, preparan la
estructura mental y espiritual que traen en su inocencia, permitiéndoles desarrollar
su creatividad, su imaginación, para fortalecer su identidad y su parte más
humana que es la espiritual, el poder del Ser, sobre la fuerza del ego, es
pisar firme sin vacilaciones para toda su vida.
Algunas veces leer no es innato en el niño,
por lo que el aprendizaje debería
realizarse sin prisas, como un juego para despertar su imaginación e ingenio. Porque
sin imaginación ningún genio podría haber creado sus grandes obras que pasaron
a la historia.
El cerebro crece con su uso, nuevas redes
neuronales se crean, por lo que leer incrementa la inteligencia y hace que la
mente trabaje más ágil. El niño con la lectura irá descubriendo su
espíritu creativo, bondadoso, tolerante, compasivo etc., creando indestructibles lazos de fraternidad hacia la
gente que lo rodea, pues podrá poner en práctica los valores morales. Nuestros maestros
en los colegios dan conocimiento, y la lectura nos puede dar sabiduría, que es un conocimiento que se experimenta, se
vive, se comprueba y despierta conciencia, y es sabiduría que nunca se olvida,
que se convierte en nuestra verdad, que
puede mejorar la calidad de vida de familias enteras para enfrentar las adversidades
y entender cómo funciona el mundo.
Algunos cuentos van dirigidos hacia los niños, otros hacia los adultos, como una
campanada que resonará en las entrañas del alma, removiendo creencias
limitantes, complejos, traumas, y patrones dañinos, con las voces angelicales
de los niños.
Porque todos estamos buscando construir una
mejor persona, familia, comunidad, y un mejor mundo.
Muchas gracias a todos mis hermanos, que poblamos
este maravilloso mundo, esperado que en un cuento encuentre el mensaje que abrirá
el cofre del tesoro que se encuentra en su interior.
Así sea.
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