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viernes, 6 de febrero de 2015

Más de 100 Cuentos, Reflexiones, Decretos y Afirmaciones, para sanar la mente, el alma y el cuerpo.



Los cuentos estimulan la creatividad y la imaginación del niño, acercándolo al buen hábito de la lectura, despertando su interés por descifrar lo que dicen los libros con respecto a la vida real.
El niño se podrá identificar con las situaciones de los personajes de los cuentos, tomando el papel de un personaje hasta encontrar en ellos la solución de los conflictos. 
Hay muchas situaciones difíciles que los padres afrontan, sin tener la respuesta correcta para educar a sus hijos, y muchas veces tampoco  las instituciones educativas ó religiosas se interesan en mencionar.
No todas las verdades de los adultos son ciertas, aunque en alguna ocasión les haya dado buenos resultados; a todos se nos regaló un libre albedrio para ejercer nuestra voluntad y encontrar nuestra propia verdad.  
Al leer los cuentos los niños, preparan la estructura mental y espiritual que traen en su inocencia, permitiéndoles desarrollar su creatividad, su imaginación, para fortalecer su identidad y su parte más humana que es la espiritual, el poder del Ser, sobre la fuerza del ego, es pisar firme sin vacilaciones para toda su vida.

Algunas veces  leer no es innato en el niño, por lo que  el aprendizaje debería realizarse sin prisas, como un juego para despertar su imaginación e ingenio. Porque sin imaginación ningún genio podría haber creado sus grandes obras que pasaron a la historia.
El cerebro crece con su uso, nuevas redes neuronales se crean, por lo que leer incrementa la inteligencia y hace que la mente trabaje más ágil.  El niño con la lectura irá descubriendo su espíritu creativo, bondadoso, tolerante,  compasivo etc., creando  indestructibles lazos de fraternidad hacia la gente que lo rodea, pues podrá poner en práctica los valores morales. Nuestros maestros en los colegios  dan conocimiento, y la lectura nos puede dar sabiduría,  que es un conocimiento que se experimenta, se vive, se comprueba y despierta conciencia, y es sabiduría que nunca se olvida, que se convierte en  nuestra verdad, que puede mejorar la calidad de vida de familias enteras para enfrentar las adversidades y entender cómo funciona el mundo.
Algunos cuentos van dirigidos hacia  los niños, otros hacia los adultos, como una campanada que resonará en las entrañas del alma, removiendo creencias limitantes, complejos, traumas, y patrones dañinos, con las voces angelicales de los niños.
 Porque todos estamos buscando construir una mejor persona, familia, comunidad, y un mejor mundo.
Muchas gracias a todos mis hermanos, que poblamos este maravilloso mundo, esperado que en un cuento encuentre el mensaje que abrirá el cofre del tesoro que se encuentra en su interior.

Así sea.

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