Esta oportunidad de estar en la cancha de juego no se puede desaprovechar, es el encuentro
del siglo enfrentándose los Inadaptados-Conformistas, contra los
Pensadores-Optimistas. Este juego dura toda una vida, el reloj comienza a correr cuando el balón empieza a rodar, y
mientras el reloj de sus corazones no se detenga, seguirán en el encuentro con
las posibilidades de seguir jugado, todos tienen la oportunidad de anotar para
llevarse el triunfo, algunos correrán sin sentido, sin vida, solo esperando el
final para irse a descansar a la banca con su ramo de flores. Otros podrían ser expulsados del juego por su
mal comportamiento, sacándolos del juego de la vida, para pagar sus faltas, y
no tendrían otra oportunidad hasta el siguiente torneo o hasta su siguiente rencarnación. El cronómetro no se ha detenido aún, el
reloj de arena reclama grano por grano, día por día formando la montaña de experiencias y logros acumulados
que los lleven a lo más alto de la cumbre que el hombre pueda alcanzar y
tocar las campanas de la gloria.
Cuentos para sanar el cuerpo, la mente, y el alma, un mensaje de amor para la gente que cree en el reino celestial. Y un reto para la gente que no cree pero que está buscando una solución a sus problemas. Decretos, Afirmaciones, Reflexiones, cuentos para Niños, Jóvenes y Adultos, con el propósito de despertar la conciencia y creer que la vida es un regalo mágico y milagroso. ISBN: 978-607-00-8791-2
Páginas
martes, 24 de marzo de 2015
INTERROGATORIO DE UN HIJO A SU PADRE ALCOHÓLICO
¿Qué soy? dime tú.
¿Soy feliz? Te diré yo, que no del todo.
¿Cómo soy? Dime tú.
¿Por qué me trajiste
a este mundo? Explícamelo tú.
¿Sabes si tengo problemas? Pregúntame tú.
¿Soy lo que quiero ser?, Estoy seguro que no tienes ni idea.
¿Sabes cuando me duele algo? No, no lo sabes
¿Sabes cuándo estoy deprimido? Yo te pregunto a ti
¿Sabes por qué me pongo triste? Esa respuesta si la sabes.
¿Sabes qué es lo que estás sembrando y muy pronto cosecharás? Respóndeme tú.
¿Sabes que me doy cuenta cuando estás triste? Claro que sí.
EL REY DESGRACIADO
Un día el Rey llamó a sus diez sabios del reino y les preguntó por qué después de ganar muchas
batallas, someter a sus enemigos, poseer tierras y riqueza, lo perseguía una
serie de calamidades, tristezas y enfermedades, que no le permitían disfrutar de nada de lo que había ganado.
-El primer Sabio le dijo: -Porque has dejado a muchas familias sin su
padre proveedor y protector, ahora esas
familias te maldicen.
– El segundo dijo: -Porque
tu conciencia te reclama la sangre derramada en tus batallas.
–El tercero dijo: -Porque
tienes a muchos esclavos que trabajan para ti, cada uno de ellos es un alma que
te quisiera ver en su lugar.
–El cuarto dijo: -Has creado a muchos enemigos, y cada uno
de ellos estudia la forma de robarte los tesoros que has acumulado.
–El quinto dijo: - Tu propia familia está confabulando tu muerte
para repartirse la herencia.
–El sexto dijo: -Cuando
tú trabajas la tierra con tus propias manos, recibes sus frutos deliciosos que
te dan salud y bienestar, pero si los robas,
te harán mucho daño y te enfermarás.
-El Séptimo le dijo: -Cada vez que festejabas desde tu palacio el
triunfo de tu ejército, en el campo de batalla solo había muerte, tristeza, desolación y
miseria; ahí nadie festejaba nada, y eso
te ha sido devuelto.
-El Octavo dijo: -La soberbia y avaricia te enloquece, no
importándote el sufrimiento de los demás.
-El Noveno dijo: -Tú eres dueño de tu propia alma, y nadie
debe atentar contra ella, pero si tú atentas contra el alma de otras personas, estarás cargando
con sus penas.
–El Décimo le dijo: - El poder que se
gana con violencia, no es estable ni duradero, y tampoco se celebra ni se disfruta, tarde o temprano se
pudre y contamina, por las leyes
divinas.
F I N.
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