Fue demasiado tarde, mi cuerpo se esfumó con el humo con olor a muerte; mis
pulmones calcinados, mis venas secas sin sangre e impregnadas de miles de químicos tóxicos que envenenaron mi
voluntad, hasta caer en una adicción desenfrenada. Los receptores de mis
células piden a gritos sacar uno más de la cajetilla, mientras mis glándulas
dejaron de producir naturalmente sus hormonas que promueven felicidad, bienestar y salud;
ya no era yo, era como un viejo automóvil encendido que daba lástima por
sus miles de fallas mecánicas y que
despedía grandes cantidades humo tóxico por todos lados, alejando a la gente
porque en mis manos cargaba un arma encendida, mortífera, química, capaz
de envenenar cualquier habitación de
almas inocentes.
Cuentos para sanar el cuerpo, la mente, y el alma, un mensaje de amor para la gente que cree en el reino celestial. Y un reto para la gente que no cree pero que está buscando una solución a sus problemas. Decretos, Afirmaciones, Reflexiones, cuentos para Niños, Jóvenes y Adultos, con el propósito de despertar la conciencia y creer que la vida es un regalo mágico y milagroso. ISBN: 978-607-00-8791-2
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miércoles, 29 de abril de 2015
El Ángel Guía
Desde mucho tiempo
atrás el Oso había comentado que tenía un amigo imaginario que lo acompañaba a
todos lados. Cuando el conejo escuchó la historia del oso, inmediatamente lo calificó como un demente, cómo era posible que animal tan
grandote se hiciera acompañar de un amigo imaginario.
Pero
un día el conejo cayó en una trampa para
osos, en un lugar apartado del bosque donde nadie podía auxiliarlo. Pasaron
unos días y lentamente se debilitaba, pues no tenía agua ni alimento y empezó a notar la presencia de alguien de una
forma indefinida y borrosa.
-¿Quién
eres tú?- dijo el conejo.
-Muchos
en la tierra me llaman el Ángel de la muerte, y en el cielo me llaman
simplemente Arcángel Miguel.
-¿Y
por qué ahora te me presentas a mí?
-Yo
siempre he estado a tu lado desde el primer día en que naciste, yo te salve
muchas veces de accidentes. Yo te he guiado para que vayas por el camino del
bien, mientras tú vas por la vida corriendo de una forma desenfrenada sin medir los peligros, pero tus descuidos,
vicios, y excesos te están llevando a la muerte, y después me culpan de que yo soy el que quita la vida.
-Quiere
decir que tú has sido mi compañero desde el primer día que nací, y que siempre
estuviste atento a mis equivocaciones para llevarme algún día?
-No,
no es así. Mi amigo el Oso, sabe que lo acompaño todo el tiempo y no por eso
quiere decir que esté condenado, al contrario sabe que yo lo acompañaré y lo
cuidaré si él se cuida. Y es tanto su
amor por él mismo y por sus seres queridos que ya se compró un paquete de
“PREVISIÓN A FUTURO” con sus amigos de GAYOSSO, y desde ese momento el Oso
presume un sentimiento de protección, seguridad, que lo hace sentir mucho mejor
para vivir muchos años más.
Fin.
El Último Cherokee pluma en el aire.
La leyenda que contó el abuelo cuando todavía éramos niños, se quedó
grabado en la mente de todos los que en su momento la escuchamos por primera vez, y hasta el día de hoy se sigue contando a las
nuevas generaciones de niños.
“Después de que el gran guerrero ocupó
grandes extensiones de tierra para su tribu, decidió conquistar también su paz.
Cuando pensó que ya había concluido su misión de vida, salió a conquistar su
alma y su mente, acompañado por su caballo con el que ganó muchas batallas, y
su perro quien lo esperaba fielmente cuando se iba al campo de batalla, y
juntos contemplaban las noches estrelladas. Un día salieron los tres para
encontrar al gran Jefe Dios, al único Dios creador de todo lo existente, caminaron
por bosques, desiertos, subieron
montañas, cruzaron ríos, fueron años de búsqueda, y cada vez que despertaban en
lugares hermosos, atardeceres mágicos, creían que estaban más cerca de Dios,
porque sus viajes eran toda una aventura de dicha y felicidad.
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