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martes, 6 de enero de 2015

LA ALEGRIA DE DESPERTAR DEL LADO POSITIVO DE LA VIDA

El despertador toca sus trompetas anunciando el apocalipsis de  la  noche que  partió llevándose  su manto de negras sombras de flojera y pesadez, después de  terribles  pesadillas, relámpagos y estruendos. Sin poder abrir los ojos, mi mano sale como catapulta dando un gran zarpazo al despertador para que calle su alegre tonada, porque prefiero el silencio de otros cinco minutos de un sueño pesado  que se transforma en una hora de pesadillas con sabor a una persecución de mi jefe, de mi suegra, de mis múltiples enemigos, y acreedores persiguiéndome para rendir las cuentas pendientes que tienen conmigo.

Y en lugar de sentirme descansado, me levanto con muy poca energía de la cama,  malhumorado y ojeroso   porque tan solo tengo media hora para  salir corriendo y llegar a la oficina. Mi negra noche todavía no termina y empieza un calvario de muchos infortunios. Comienzo maldiciendo al despertador, pues  me levanté con el pie izquierdo, no tenia ropa planchada; odio bañarme cuando tengo prisa. Abro el refrigerador y la leche estaba  echada a perder; me quemé con la cafetera y derramé el café sobre la mesa, salgo con el saco y la corbata en la mano y se me olvidan las llaves del coche, me regreso y descubro que el perro hizo su gracia en la alfombra. Regreso al coche y veo que tengo muy poca gasolina, después encuentro un tráfico muy pesado, intento inventar una excusa para llegar tarde a la oficina y me doy cuenta que se descargó la batería de mi celular. Todos los semáforos están en mi contra y un taxista me gana el paso, le toco el claxon, le hago señales obscenas, le grito palabras ofensivas, y la adrenalina sube por todas mis venas en torrente de rabia y coraje. Después de una  hora de estrés hasta el tope,  llego a la oficina  para continuar con  mi mal día; me habló la secretaria diciendo que  mi jefe está molesto porque no está listo el reporte que debí haber entregado el día de ayer, y así continúa la negra noche en mi negro día; mi flojera, mi malhumor con el que me levanté de la cama, fue como una bola de nieve que creció potencialmente en vibraciones negativas que desencadenaban sucesos catastróficos que yo iba atrayendo a mi día, llenándolo completamente de maldiciones contra todo, todo era gris y todo estaba en contra mía, sin saber que yo estaba invitando a mi vida todo aquello que me golpeaba porque  estaba en mi misma frecuencia vibracional. 
La vida está hecha de cosas positivas o negativas, tengo un buen día o un mal día, tengo  salud o enfermedad, tengo dinero o estoy en la pobreza, tengo amigos o  enemigos, tengo felicidad o tristezas, tengo paz y tranquilidad  o tengo guerra y hostilidad, tengo buenas ó malas   emociones, tengo amor o desamor, tengo risas o llantos, tengo triunfos o derrotas. ¿A quien puedo culpar de todo lo que me pasa?, ¿Quién es el que tiene  malos pensamientos, envidias, celos, odios, ó rabia? El que busca víctimas, victimarios, ó enemigos, los encontrará.
Ahora yo encuentro amigos, hermanos, compañeros, y la vida me sonríe, la alegría me invade, el amor me enamora, porque veo lo hermoso del día. Un alegre despertar, abrir los ojos con la emoción de recrear la pupila observando el azul  del cielo, los colores de las flores, poder verse al espejo y ver a un ser vivo, alegre, sonriente, en paz,  lleno de ilusiones y esperanzas,  de observar lo no visto, de alcanzar lo inalcanzable; siempre habrá bellezas nuevas por las cuales sorprenderse. Todos mis  sentidos se despiertan esperando un  nuevo amanecer para salir a deleitarme con mi vista, con mi olfato, con mi oído, disfrutar de un  platillo sencillo preparado con amor, sentir que palpita  mi corazón, que mis pulmones inhalan y exhalan vida, sintiéndome  agradecido con  la vida por el privilegio de tomar un  baño refrescante, un nutritivo desayuno, un  abrazo acompañado de un Te Amo de la gente que vive conmigo y de mi  Dios que me protege, me acompaña y me bendice durante todos los días de mi vida. Todo esto es la receta perfecta para empezar un nuevo día resguardado por la mano de Dios, salir al trabajo con la confianza que mi camino estará lleno de milagros, oportunidades e infinitas posibilidades de triunfar.
Estoy feliz por comenzar el día, tengo la certeza que todo será maravilloso, mi intuición me dice que tengo que salir a enfrentarme a nuevos retos, ¿Pero quién es ese que está dentro de mí, indicándome lo  que es correcto y bueno para mí?, tendrá que ser algo Divino porque lo percibo como una corazonada  que me dice que si siento un bienestar para mí y los demás,  lo acepte  pero si hay duda e inseguridad o temor, entonces decir No es la mejor opción, de esta forma me enfrentaré a los acontecimientos que se me presenten en la escuela, en el trabajo, y en todos los lugares que  deba presentarme.

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