Yo soy un permitidor, yo soy lo
que quiero ser, y estoy dispuesto a dejar que los demás sean lo que quieran
ser. Hay un derecho universal que nos
permite disfrutar de su grandeza llamada libertad, que nos da la facultad primordial
de ejercer a nuestro juicio y elegir entre lo bueno o lo malo. Cada quien goza
de un “Libre Albedrio” para escoger lo que es más conveniente para cada quien.
Yo escojo el bien, y habrá gente que esté experimentando el mal, el error, la
ignorancia, la delincuencia, el engaño ó
el infierno en sus vidas. Yo decido tomar el camino correcto y otros tomarán el camino
en sentido opuesto. Si yo respeto el camino que esa gente quiera tomar haciendo
lo que quiera hacer y no emito ningún juicio, nunca
se cruzará en mi camino porque
yo tomé la dirección opuesta, sin
embargo como ese victimario necesita a una víctima,
por las leyes divinas de causa efecto se comprenderá que son dos
personas que escogieron el mismo camino y algún día se encontrarán para rendir
cuentas pendientes del pasado, porque todo en esta vida se paga por ley
divina.
Un permitidor hace lo que quiere
hacer por voluntad propia, y deja que los demás hagan de sus vidas lo que les
plazca. Yo soy lo que quiero ser, lo que
más amo en la vida. Ninguna amenaza me desviará de lo que yo soy, porque
también yo permito que las personas y las cosas sean como tienen que ser.
El arte de permitir, es el arte
de vivir en forma pacífica, justa e inteligente, es dejar que el mundo gire en su propio cause. Yo no
me comparo con el que tiene más o con el que tiene menos, tampoco envidio, crítico, ni cuestiono lo que tienen y hacen
los demás, porque cada quien tiene lo
que se merece, en lo que más piensa, en lo que más habla o teme, aunque no lo
quiera para su propia vida.
Nadie puede alterar mi paz, ni
amenazar mi salud, ni afectar mi prosperidad, porque yo todo el tiempo estoy
enfocado en la bienaventuranza de una vida de dicha y felicidad. Habrá gente
que hable de problemas, yo hablo de soluciones, de salud, del amor; habrá gente
que hable de enfermedades, de crisis, de desempleo y los tendrá; gente que hable de la criminalidad y de desgracias
vivirá amenazada todo el tiempo, magnetizando eventos trágicos,
invitando a entrar a su vida las cosas
en que más se enfoca, malgastando su energía para atraer cosas negativas. Si
yo creo que la vida es maravillosa, el Universo se encargará de que así sea para mí, y para la gente que
me rodea. Yo no soy egoísta al negar que hay un mundo caótico, pero si todos
cambiáramos la forma de ver la vida, la vida cambiaria. Yo no puedo cambiar al
mundo desde mis temores, maldiciones, críticas ó juicios, pero sí puedo cambiar
mi mundo interior, automáticamente mi
mundo exterior cambiara, y si todo el mundo cambiara desde su interior, cambiaríamos
la conciencia colectiva del mundo, a un mundo mejor desde el Amor.
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