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lunes, 8 de diciembre de 2014

EL DIARIO DE UNA ALMA

El diario de nuestra alma, es nuestro gran Libro de la Vida, una verdadera obra magistral de la creación; en él todo se estará escribiendo, nada se omitirá. Tuvo su primera página en los orígenes de nuestra creación el gran secreto que  casi ningún mortal ha podido descifrar,  y los que ya lo saben, simplemente callan; algunos otros formulan diversas teorías sobre el origen de la vida y se crean muchos debates sin llegar a una explicación definitiva.
En la introducción de nuestro diario, está escrita la evolución de miles de años que tuvieron que transcurrir para que  el ser humano  lograra  alcances  inimaginables  como hasta hoy.

El ser humano, la obra extraordinaria de la creación de Dios, es el verdadero y único heredero del universo, ya que el aliento divino de Dios hecho conciencia, colmó de inteligencia y potencialidad el espíritu del hombre, impregnándolo  de energía y  luz celestial, toda una experiencia espiritual viviendo en un cuerpo terrenal; no hay obra más perfecta en el universo que el ser humano. El primer capítulo de nuestro diario,  lo empezamos a escribir cuando se nos regala la conciencia envuelta en nuestra alma y  un espíritu aventurero,  incansable e inmortal, que saldrá a conquistar y dominar el mundo, con un libre albedrío que nos permitirá escoger lo bueno o lo malo por voluntad propia, permanecer o  salir del paraíso y dirigirnos hacia la aventura. Y nadie nos expulsó del paraíso, porque  Dios puso en el centro del paraíso el árbol del conocimiento, y fue para probar nuestra capacidad de decisión, para escoger entre el  bien o  el  mal, entre la luz y la obscuridad, entre el frío y el calor, entre el amor y el desamor, entre la felicidad y el sufrimiento, ¿Por qué cómo podríamos saber que es lo bueno y lo malo?, pues únicamente experimentándolo.  Es cuando el hijo prodigo recibe parte de su herencia que le dio Dios, y emprende la travesía  para experimentar nuestras facultades y dones, para conocernos a nosotros mismos; desde ese momento empieza a correr nuestra historia de amor, de coraje, llena de todo tipo de encuentros a lo desconocido. Nuestro espíritu creativo, curioso,  e ingenioso no se limita y desafía lo que no conoce hasta dominarlo, creando lo que no existía, desde sentimientos y emociones, hasta metodologías tanto para su buen vivir como para su destrucción. Dios no tenía planeado que el ser humano muriera, es más, esa palabra no existía, pero el mismo hombre encontró y creo diferentes  formas para destruir no solo su cuerpo sino también su mente y la de los demás. También adoptó sentimientos inútiles para enfermarse y morir, por lo tanto Dios tuvo que concientizar el pensamiento del hombre y crear la reencarnación, de esta forma cada vida del alma sería un capítulo de nuestro diario, en el cuál escribiríamos  muchos capítulos gloriosos y heroicos o vidas fracasadas o inútiles sin sentido,  llenos de enfermedades, desgracias que manchan el contenido de nuestras memorias. El buen balance de nuestro diario, será tomado en cuenta para cuantificar el tiempo que  empleemos para dar amor, para odiar, para  reír,  para llorar, para  engañar, para matar, para bendecir, para agradecer etc. De esta manera se estarán cuantificando nuestras obras buenas o malas, acumulando Karma bueno o malo. Porque la ley del karma dice que para cada acción, existe una consecuencia; para cada causa, hay un efecto; todo lo que se envía al Universo, regresa a nosotros tarde o temprano.

Cada día es una hoja de nuestro diario; nosotros somos los protagonistas de nuestra obra y escribiremos nuestra propia historia hecha de sueños cumplidos o destruidos  y quedarán como testimonio que pisamos, poblamos, construimos, destruimos, amamos u odiamos, fuimos humildes o arrogantes, generosos o egoístas  justos o injustos en la tierra.  Nuestro andar por el mundo quedará  registrado para la humanidad por toda la eternidad.
En nuestro cuerpo etérico tenemos una memoria humanidad, en donde se guarda todo lo que vamos viviendo, y nuestro plan divino, nuestro propósito que es el objetivo único que nos mueve a alcanzar lo inimaginable,  nos incita a buscar y encontrar, a caer y levantarse, a morir y vivir para nuevamente renacer.

De igual manera quedarán escritas todas nuestras  hazañas o fracasos, nuestras proezas bañadas de sacrificios, nuestros triunfos con sabor a derrota, basados en engaños y trampas, cuando se actuó con mentiras; asimismo toda acción humanitaria, compasiva  y amorosa se escribirá con letras de oro en el libro de la vida. Mientras que nuestros actos  negativos como la rabia, venganza, odios, deshonestidad, mentiras, se escribirán con letras de sangre, para que se pague en esta vida o en la siguiente también con la misma sangre; El perdón y arrepentimiento no podrán borrar lo sucedido, lo hecho escrito está y nada podrá impedir que se registre en el diario de nuestra alma los actos negativos, pero el perdón y el arrepentimiento se registraran con grandes letras doradas que podrán cambiar las deudas karmicas y cambiar el curso hacia una mejor vida.

Un día una hoja en blanco será  bien aprovechada o desperdiciada, manchada, arrugada, quemada y arrojada  en el bote de la basura o simplemente quedará en blanco, pero siempre será foliada con el número de día, mes y año  vivido, para acceder a esos momentos y recuerdos  especiales, reviviéndolos con alegría, nostalgia o dolor lo vivido.

No sabemos cuántas hojas nos tiene preparada la vida para este capítulo; porque hay un principio y un día final para este viaje; desconocemos en realidad cuándo tendremos nuestra última hoja, nuestra última oportunidad de escribir con letras de amor,  acciones de generosidad y agradecimiento. ¿Cuántas hojas llevo en el hermoso caminar de una niñez feliz, de una juventud entusiasta y respetuosa, de una madurez de conocimientos y enseñanzas? Cuántas hojas en blanco que juntas acumularon  semanas, meses y años sin poder escribir algo relevante, o que sí escribimos algo, pero que al mirarlas nos avergüenza la tinta de sangre  que utilizamos, sintiendo en nuestro corazón latidos sin fuerza, respiraciones vacías, ideas sin sentido viviendo sin vida.

Si pudiéramos hacer un recuento de los muchos momentos de gozo,  de  objetivos logrados y felices, de los días vividos de enamoramiento, de felicidad, de alegría, de salud, de amor,  tendríamos como resultado un diario de cuento de hadas.
Pero si por el contario, pudiéramos hacer un recuento de nuestros días desperdiciados vilmente o vividos con enfermedades, envidias, odios, resentimientos, angustias, culpas y sufrimientos, nuestro resultado sería un diario de miedo con un final deprimente, que nos hundiría en una profunda depresión, con lágrimas de dolor, miradas puestas en el piso,  ya que la vergüenza y el arrepentimiento  de nuestra frente con arrugas, no nos dejaría  levantar la vista al cielo,  sino al horizonte,  un lejano horizonte lleno de culpas y  de muchos “ si yo hubiera. “
De las hojas que fueron copias de la copia de un ayer sin gloria, repitiendo las mismas palabras, las mismas soluciones por meses o quizás años, por no tener la capacidad de experimentar, crear, inventar y salir del condicionamiento de una vida rutinaria, vacía y sin ninguna noticia nueva por escribir, creando hábitos destructivos, cayendo en los mismos errores, buscando las mismas relaciones enfermizas, sin aprender la lección, repitiendo las mismas escenas en diferentes capítulos en nuestro Diario del Alma, arraigando en nosotros mismos, el gusto de ser siempre víctimas o victimarios, acusados o acusadores, pobres o ricos, repitiendo una y otra vez, en una vida y en la que sigue, la misma conducta errónea,  acusando y  humillando, siendo el verdugo o la víctima, el juez o el acusado, el asesino o el asesinado, esperando algún día escribir el capítulo de una vida justa, equilibrada, sin ser la victima ni el victimario, solo ser el alma inteligente y amorosa, simplemente ser el pacifista que recordó su plan divino, el objetivo de sus vidas y escribir con letras de oro, el final más feliz que muchas almas  hayan imaginado.   

No podemos leer  nuestro  futuro, si será feliz o triste y frustrante, ni saber cómo va a ser el final de nuestro diario, pero sí tenemos la certeza que el día de hoy tenemos en nuestro diario del alma,  una hoja en blanco  y  que está ahí para escribir todo lo que me haga sentir bien con migo y con la gente que me rodea.


¿Y tú... que escribirías?, porque llegará el día del juicio, y lo primero que se nos preguntará  será si amamos en la vida, y las almas que nunca amaron no serán tomadas en cuenta para ocupar un lugar en el paraíso.

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