Existen muchos
enemigos externos que quisieran ver al
Reino del Cuerpo debilitado, para vivir en su interior como parásitos y
alimentarse de sus nutrientes, para chupar su sangre y su energía como
vampiros, para convertirlo en un zombi
al servicio de otras mentes, para que trabaje como esclavo sin libertad
de expresión, para que trabaje como un verdadero robot sin corazón, una maquina
autómata sin sentimientos, que nunca mire las potencialidades que hay en su
interior, y solo reconozca las ilusiones, las fantasías, los engaños y peligros
del exterior.
En el Reino del
Cuerpo vivían millones de células felizmente realizando sus miles de funciones
en forma cadenciosa, equilibrada, en una perfecta orquesta en donde cada una
realizaba sus tareas sin demora alguna, una perfecta maquinaria de relojería
exacta para que el Cuerpo camine, baile, vea
sus paisajes, huela sus perfumes,
deguste sus banquetes, para que pueda dormir, amar, metabolizar,
reproducirse, y ser feliz realizando sus
múltiples tareas del día. Pero un
día la Mente traicionó al Corazón y
empezó a inventar una serie de noticias
alarmantes, todas ellas mentiras, y las células entraron en pánico creyendo que
el corazón era una simple bomba que en cualquier momento podría dejar de
enviarles nutrientes. Tiempo atrás reinó la paz en el Cuerpo Humano, cuando la
Mente y el Corazón trabajaban para el mismo fin, cuando existían pensamientos
de la Mente que eran aprobados por las emociones del Corazón, y únicamente eran
aceptadas emociones felices que daban
salud, vitalidad y alegría a los millones de células, y hoy viven estresadas y
trabajando a la mitad de su capacidad, dejando de realizar sus funciones vitales para el buen funcionamiento
del Cuerpo, porque la Mente dejó de
consultar al Corazón y empezó a difundir
pensamientos de temor, e inmediatamente se reflejó en el humor, en la expresión
facial, acortó horas de sueño, perdiendo el apetito, logrando un agotamiento
total bajando el rendimiento físico para laborar en lo exterior. Pero en el
interior también se estaban realizando muchas afectaciones, cambios
bioquímicos, neuronales y hormonales.
Mientras el Corazón se sentía desplazado y triste, la Mente seguía
afirmando sus ideas de pánico, creando
estrés, activando glándulas que
liberaban hormonas como una medida de
alerta y peligro, para actuar como
mensajeros para todas las partes del Cuerpo, llevando cortisol y
adrenalina a través de la sangre, ocasionando la elevación de la presión
arterial, y haciendo que el Corazón trabaje a ritmos forzados.
El Cerebro se consideraba el órgano
más inteligente del reinado del Cuerpo, con la capacidad de almacenar millones
de millones de bits de información, capaces de realizar los cálculos más
complejos, de tomar las decisiones más inteligentes. El Cerebro siempre pensó
que el Corazón se podía remplazar por otro, o sustituirlo por uno artificial,
mientras que el Cerebro nadie hasta la fecha ha
podido trasplantarlo por otro igual, porque se considera una maravillosa
computadora que el hombre nunca podría igualar.
A cada momento el Cerebro se sentía
amenazado porque reconocía que el Corazón en cualquier momento podría reclamar
su trono, como el rey supremo del Cuerpo Humano, porque sus creencias y
paradigmas mentales se estaban derrumbando poniendo en duda y en crisis su
reinado. Algunos órganos del Cuerpo ya estaban dudando de la inteligencia del
Cerebro, miles de células estaban muriendo, otras se estaban reproduciendo
desordenadamente creando tumores. La enfermedad ya era una realidad, la salud
del cuerpo ya estaba muy deteriorada a causa de los muchos pensamientos
negativos que la mente había inventado, envenenando todas las emociones
positivas trasmutadas a negativas.
El cerebro ya se había dado por
derrotado, cuando el Cuerpo cayó enfermo y la mente quedó inconsciente. Y fue
cuando el amor que todo lo sana, logró que el
Corazón tomara el control del Cuerpo, su inteligencia suprema creó el
milagro que nadie esperaba, esa inteligencia superior que pocos médicos aceptan, y que no tienen palabras para
explicar cómo se dan los milagros. La
ciencia confirmó que el corazón tiene
sus propias neuronas pensantes y un campo magnético mil veces mayor que el del
Cerebro.
Antes la Mente tomaba las decisiones
pensando mucho sin sentir nada, y desde que el Corazón tomó el control, sintió
emociones de bienestar o malestar, tomando las decisiones correctas, porque
cuando el Corazón se conecta al campo universal, su intuición y corazonadas lo
pueden llevar a la asertividad, porque las emociones son el lenguaje del alma,
es cuando los Ángeles se conectan con los humanos, cuando hay coherencia en lo
que se dice y se siente, entre el pensamiento y el sentimiento, entre la Mente
y el Corazón, entre el Cuerpo, la Mente y el Espíritu.
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