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jueves, 25 de diciembre de 2014

ESTAR SIN DIOS

¿Papi por qué casi siempre llegas cansado  del trabajo y  de mal humor?  Ya no quiero preguntarte cómo estuvo tu día, porque siempre recibo las mismas respuestas negativas. Me gustaría que ahora tú  me preguntaras  cómo estuvo mi día, cómo me fue en la escuela, porque para mí,  todos los días son bellos. Siempre estoy feliz porque  tengo a Dios en mi corazón y te tengo a ti,  y eso me hace ser un niño muy afortunado, porque sé que hay niños que duermen en la calle, porque  no tienen papás ni un hogar.
Trabajas mucho  para darme todo lo material  que necesito, pero hay algo que me hace mucha falta:
“y eres tú “me haces falta cuando requiero de un beso que pocas veces me das;  me haces falta cuando tengo un problema y necesito un abrazo que calme  mis miedos;  me haces falta cuando meto un gol y quisiera escucharte decir feliz  desde las gradas: “muy bien mi campeón”;  me haces falta cuando quiero enseñarte  mis buenas calificaciones y que te alegres conmigo;  me haces falta cuando tengo mil preguntas y ninguna respuesta. Sé que te tengo como padre, y  tú me tienes a mí,  pero no tienes a Dios en tu corazón.

Quiero platicarte cómo es tener a Dios: - Duermo  por las noches largas horas  tranquilamente entre nubes y Ángeles  y por las mañanas despierto feliz, porque descansé plácidamente en mi camita y al  abrir los ojos, siento como si   Dios besara mi frente con mucho amor y pienso que eres tú;  mis ojos se abren y veo la luz ¿ qué es la luz? Vuelvo a cerrar mis ojos y nuevamente los abro y veo el retrato  donde estoy con mi familia, todos juntos, qué felicidad; me levanto para estar con mi familia;  es como si Dios me diera la oportunidad de nacer nuevamente, abrir por primera vez los ojos y contemplar que mis padres me esperan con amor y  ternura para abrazarme y besarme y decirme palabras suaves, dulces que son como una caricia a mis sentidos. Vuelvo a cerrar  mis ojos por un momento y  siento mis respiraciones, mis pulmones se llenan de oxígeno; siento mis latidos, mi corazón palpita de felicidad porque Dios me mira y me sonríe y me dice:  “ Te amo tanto” sigo con los ojos cerrados pero ya no hay oscuridad, estoy bañado en la luz que resplandece de Dios y me cubre como la gallina  cubre a sus pollitos y me siento cómodo,  calientito  y a salvo, y le agradezco a Dios porque me da la oportunidad de ver, de sentir, de escuchar, de oler y saborear  una rica galleta con leche que mamá dejó sobre mi buró anoche.
Cada fresca mañanita agradezco a Dios por un nuevo día y le pido con mucho amor que cuide a mis padres, a mis hermanos, a mis abuelitos, tíos, primos, maestros y compañeritos;  por los que no tienen dónde dormir, ni qué comer; por los enfermos y por las personas malas, que Dios toque sus corazones y les dé paz, y  esa luz que han perdido en sus caminos y un corazón sabio para hacer solo el bien.
Me levanto con mucha energía y me preparo para empezar un nuevo día con cantos, risas, bailes, brincos, abrazos, besos, caricias y miro a FIRULAIS moviendo su cola   que me espera en la puerta y parece como si me preguntara: - ¿Quién te dio tanta alegría y  energía, de donde proviene? Y le contesto:
-Es un milagro. Abro la ventana y me estremezco al ver los árboles, el cielo, escuchar los pájaros cantar, ¿es un milagro?. Llega a mi nariz el aroma y  la frescura de las flores, ¿cómo es que el perfume de las flores que están lejos,  llega a mi nariz  y empapa todo mi cuerpo de su fragancia?, ¿será un milagro?
Al anochecer me siento feliz  porque Dios besa mi frente y me acuesta a dormir y cuando  despierto está ahí mirándome con una maravillosa  y tierna sonrisa, Él está  donde yo voy.

Cuando mamá  entra a la cocina a preparar  el desayuno me pregunto:  “Cuantas cosas Dios tuvo que crear para tener fruta fresca  en nuestra mesa, agua cristalina para beber, leche, cereales, verduras, pan, huevo, pescado,  todo esto es grandioso, es un milagro. Cuantas tierras se tuvieron que sembrar, regar y cuidar para  que germinaran sus  semillitas, y  quien las regaba?  La lluvia que Dios enviaba.
Doy gracias a Dios por todas las personas que tuvieron que trabajar muy duro para que  hubiera un rico  y nutritivo desayuno en mi mesa, para que tuviera  ropa, música, libros educación; a toda esa gente les agradezco mucho y les mando muchas bendiciones y amor”.
Esto es tener a Dios dentro de mí, es estar feliz, lleno de amor para dar a todo el mundo, amor para la gente que conozco y también para la que no conozco.
Me pregunto cómo se sentirá un padre sin Dios?.
Cuando yo nací mis padres estaban rebosantes de alegría y me pregunto ¿en ese momento a quien le  agradecieron mi nacimiento? ¿Se olvidaron de Dios?
Yo creo que siempre debemos dar gracias a Dios,  por tener vida y salud, por nuestra familia, por nuestro trabajo, por nuestra casa, por nuestros padres, hermanos,  hijos y amigos,  por permitirnos  cumplir con nuestros sueños, por realizar nuestras tareas encomendadas; por recuperarse de una enfermedad peligrosa,  por haber obtenido un  reconocimiento.  Agradezcamos a Dios todo lo que nos da.
Cuando no valoramos el trabajo de un maestro es estar sin Dios. Cuando rechazamos una disculpa es estar sin Dios. Cuando no agradecemos los sagrados alimentos que nos mantienen sanos.  Cuando no se reconoce el trabajo diario de la madre en el hogar. Cuando se pasan  desapercibidas  las muestras de cariño de los hijos, de la pareja de los abuelos, eso es estar sin Dios.
Cuando no agradecemos por  el aire que respiramos, por nuestros ojos que  pueden ver,  por  los rayos del sol, por  la lluvia, por el canto de los pájaros,  por la majestuosidad de los mares, es estar sin Dios.

-Papi: dale gracias a Dios, porque a partir de hoy ya no estarás sin Él nunca más,  serás un papá con Dios en su corazón todos los días de tu vida.

F I N.

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