En
las afueras del pueblo un poco alejada del ajetreo de la gente, se encontraba
una casita que en su tiempo fue muy
linda, con sus dos pequeñas ventanas, una de cada lado de la puerta principal,
su tejado era de barro y su
chimenea era realmente hermosa como
sacada de un cuento de hadas. Su chimenea ya hacía tiempo que no despedía humo;
las ventanas ya no se abrían, el tejado y las paredes estaban cubiertas por enredaderas.
Por mucho tiempo la chimenea despedía grandes
cantidades de humo a todas horas, y era la prueba de que se
estaban preparando pociones
mágicas para atraer el amor y conseguir
al tan esperado príncipe azul, pero ya habían pasado muchos años sin haber
logrado el éxito anhelado y la brujita
Fidencia cuando notó que
aparecían sus primeras canas, se dio por vencida y dejo de preparar sus
pociones mágicas; ya cansada no sabía que sería de su vida.
Recordaba
que todas sus amigas, otras brujitas de su misma generación, habían obtenido la poción mágica y lograron encontrar a su
príncipe azul, no como realmente lo deseaban pero a fin de cuentas se les
concedió.
Y
acordándose de cada una de sus amigas, no sentía envidia de ellas por haber
logrado encontrar a una pareja, sino por el contrario sentía dolor, ya que
ninguna de ellas vivía con la
felicidad plena, por ejemplo su amiga Marychú había logrado encontrar una
poción mágica con ancas de rana, ojos de mosca, un pelo de iguana, unas gotas
de sangre de armadillo, y muchos ingredientes más, y con sus palabras mágicas y
su gran deseo, logró transformar a un sapo en su príncipe azul, pero lo que
tenía de hermoso, lo tenía de resbaloso, pues coqueteaba con cualquier araña patona, y se
comía a toda mosca que pasara por sus narices.
Su otra amiga Lucrecia desarrolló una poción con muchas raíces de hierbas de cementerio, escamas de camaleón, alitas
rostizadas de murciélago, corazón de búho de Transilvania, y diez gotas de
sangre de cocodrilo africano empedernido, y gracias a sus conjuros que repitió
por 30 días, logró atraer a un Conde de refinada clase, y de vestiduras
muy elegantes, fue la envidia de muchas
brujas, pues era realmente un hombre muy apuesto, y al final la brujita Lucrecia
se casó con su Conde, pero con el tiempo
se acabó el encanto y su esposo empezó a
ausentarse todas las noches, salía a
cazar victimas para chuparles la sangre, se reunía con sus amigotes y regresaba
muy borracho a su casa.
Otra
amiga brujita de nombre Maruka, siempre deseo un hombre grande, guapo, varonil,
de mirada profunda, y efectivamente lo
consiguió con su poción mágica de colmillos de lobo, bigotes de gato amarillo,
caracoles panteoneros, garras de oso panzón, y muchas especies al gusto, y así
encontró la receta mágica para atraer a
su vida a un hombre alto, de un físico
muy atlético, y hermoso, de pelo en pecho y la brujita lo amo tanto porque así
lo soñó desde un principio, pero en las noches de luna llena su príncipe se
transformaba en hombre lobo, que enloquecía
y golpeaba los árboles. Sus amigas las brujitas la vieron muy afligida y le
aconsejaron dejar a ese hombre, pero
ella nunca aceptó, pues lo amaba
demasiado.
Su
otra amiga Nikita, logró encontrar a su verdadero amor, quien la amaba y
respetaba regalándole muy a
menudo hermosas rosas, también le escribía
poemas de amor. Ella mezcló en su tina,
manos de chango morongo, patas de canguro petacón, corazón de paloma
desplumada, ojos de venado correlón, y muchas cosas más hasta crear al Frankenstein de sus sueños, un verdadero
monstruo horrible pero de nobles
sentimientos, y la brujita Nikita lo amó de verdad, pero el gran problema era
que su Frankenstein sufría de todas sus articulaciones y no podía moverse, pero
a la brujita no le importó y lo siguió
cuidando como si fuera su hijo.
Y
varias de sus amigas brujitas corrieron con la misma suerte, tanta era su
desesperación por encontrar al ser amado, que lo gritaban a los cuatro vientos,
y todo pretendiente de nobles sentimientos salía despavorido al ver tan hermosas brujitas, utilizar sus encantos y hechizos para someter en contra
de su voluntad a sus pretendientes. Eran verdaderas muñecas de cabellos
dorados, maniquíes sin corazón de hermosos vestidos pero que ocultaban a unas
horrendas brujas de narices en forma de gancho con su respectiva verruga en
forma de mosca apachurrada.
Pero
nuestra amiga la brujita Fidencia, al ver la suerte de sus amigas, y el fracaso
de su vida, pues tampoco pudo encontrar el verdadero amor con sus hechizos,
reconoció que no existía pócima perfecta para controlar y manipular los corazones de
los hombres. Y desde entonces decidió hacer un gran cambio en su vida, se
arrepintió de todo el daño que causó a muchos hombres, pidió perdón desde el
fondo de su corazón, se deshizo de todos sus amuletos, quemó todas sus recetas,
rompió sus grandes calderos y todos
sus frascos de ingredientes que
utilizaba en sus pócimas; abrió de nuevo sus ventanas, arrancó las
enredaderas que cubrían su casa, pinto su casita, sembró tulipanes de
muchos colores, y desde entonces solo
sale humo blanco de su chimenea debido al pollo frito al cilantro
que se prepara receta de su tataratataratatara abuela.
No
le importaba estar sola, se dio cuenta que todo lo que sembraba en su jardín
crecía sin esfuerzo alguno, dando hermosas flores y jugosos frutos. La brujita
Fidencia ya no utilizaba sus largos vestidos negros, sus vestimentas ahora eran
claros y frescos como su sonrisa; le gustaba cantar a todas horas en su
casita y también cuando muy de mañanita se paseaba por el bosque, y muchos animalitos
silvestres le hacían compañía en su camino, disfrutando de sus momentos plenos, regocijándose con los amaneceres primaverales. Su corazón se deleitaba
al verse rodeada de sus amigos del bosque, y de la belleza de la naturaleza que
envolvía su hermosa casa. Ahora se dedicaba a hornear pasteles de frutas que
perfumaban todo el bosque, y con el
tiempo muchos caminantes que pasaban frente a su casa, ya sabían que en esa
hermosa casa vivía una ex brujita que
regalaba rebanadas de pastel, dulces a los niños que jugaban por los
alrededores, ofrecía agua a los caminantes sin pedir nada a cambio, se hizo
famosa y muchos la buscaban para que les vendiera de sus exquisitos pasteles.
Un buen día tocó a su puerta el amor,
para entonces ella era todo amor, toda dulzura, se amaba a sí misma, era feliz y agradecida con la vida, y en esos momentos ella no estaba
buscando ningún pretendiente, pero como si fuera la miel de las flores que
atrae a las abejas y mariposas, así fue como atrajo un verdadero amor hasta las
puertas de su casa, y lo recibió sin pedir nada a cambio, sin ningún tipo
de magia , simplemente con la
luz interior de sus encantos, atrajo
a su vida al verdadero amor
incondicional.
Se
dio cuenta que sus amigas las brujitas en sus corazones guardaban muchas
envidias, venenos, maldad, y el deseo de poder manipular a los hombres; ellas estaban vibrando en una frecuencia de
maldad, y lo único que lograron fue
encontrar parejas afines a su malicia,
atrayendo a monstruos que les hicieron pasar muy malos momentos.
F
I N.
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