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martes, 18 de noviembre de 2014

CONOCE LA VERDAD, Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

¿Libre?... de qué?,  si  yo puedo hacer lo que quiera, bueno…. pero no puedo controlar las cosas buenas y malas que me pasan en la vida. ¿Entonces qué  verdad me hará libre?
Amar al Padre es amar a la divinidad que somos, es amar a nuestros hermanos, es dejar el egoísmo, es  olvidar el odio de los que nos ofendieron. Si no somos capaces de amar a Dios, entonces no somos capaces de amar a nuestros propios hijos, a nuestros propios hermanos, y  mucho menos a nosotros mismos. Ama a  todo el mundo, no importando clases sociales, ó  color de piel. No  discrimines creencias religiosas, ni preferencias sexuales;  tampoco  hagas  algo a tu prójimo que no quisieras que él te hiciera a ti   y perdieras  tu libertad.
 Al crear discordia recibimos discordia; somos creadores de nuestro destino y tenemos que responsabilizarnos de nuestros actos. Si haces el bien, el bien  regresará a ti;  si te ocurren cosas maravillosas no son casualidad, la casualidad no existe, solo existen las causalidades de las cosas. Todo tiene una causa que le seguirá sin error alguno a su consecuencia, no hay errores para los que siembran el bien o la discordia, cada quien recibirá su respectivo  merecimiento.  

Cómo pueden  seguir creyendo algunas personas  que pueden ser impunemente  crueles,  violentos, mentirosos, traicioneros, egoístas, y esperar tener paz, salud, una vida llena de alegría y dicha? Cómo pueden  seguir esperando un futuro feliz, si todo el tiempo han sembrado maldad. Tarde o temprano todos  cosecharemos  lo que hemos  venido sembrando;  habrá gente que seguirá  haciendo el mal después de recibir su respectivo castigo, y continuará  por el camino del mal, y tal vez  una vida no le alcance  para  pagar todas su fechorías, pero el universo se encargará de darle una siguiente vida en donde sufrirá todo aquello que algún día hizo a sus víctimas.  

No existe la injusticia, cada quien recibe su respectivo pago, por lo tanto no nos corresponde juzgar, ni criticar,  ni hacer justicia por nuestras propias manos,  porque estaremos creando un  karma en nuestra alma. No es voluntad de Dios  que tengamos una vida miserable, de sufrimiento y enfermedad, es simplemente la  causa de nuestros pensamientos, emociones y actos voluntarios con los que actuamos. Cada quien goza de un libre albedrio para escoger sobre el bien o el mal, sobre la luz  ó  la obscuridad, sobre perdonar u odiar, sobre ser feliz o ser infeliz. No existe un Dios vengativo ó  sentencioso, que envíe  calamidades al azar a sus hijos, solo existe un Dios amoroso, paciente que da muchas oportunidades para arrepentirnos y pedir perdón, o de lo contrario dará el tiempo necesario para que cada quien pague por sus actos. Y que nadie piense que puede hacer un mal, que puede engañar, que puede vengarse y que no pase nada,  porque la venganza solo es un dulce amargo que se levanta  contra uno mismo, porque la vida es justa, un  búmeran  que va y regresa para traernos lo que hemos hecho ó  dado, si  hemos dado amor, nos devolverá amor, si  dimos  sufrimiento, nos  traerá sufrimiento, porque cada pensamiento, emoción o acto que ejecutemos, llevara nuestro sello personal para que regrese a nosotros mismos en cualquier momento.

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