Habían nacido en el circo, los cinco
payasitos que eran la gran atracción de la carpa que recorría todos los
rincones del país. Su vida era muy fácil, no tenían grandes lujos y su diario
vivir era una constante felicidad llena de risas. En las horas de ensayo reían
como locos como si el público estuviera presente. Fuera del escenario, en el
desayuno, en la comida, en la cena, ó en cualquier otro lugar, la seriedad no podía durar más de cinco
minutos, pues de inmediato la ridiculizaban,
borraban, haciendo que estallara una carcajada espontanea que contagiara a
cualquier persona. Sus estómagos eran más fuertes que un atleta de fisicoculturismo,
porque en cada carcajada fortalecían los músculos de sus estómagos que se
retorcían de júbilo y de dolor.
La risa es el más efectivo masaje
antiarrugas para la cara, es la carta de
presentación de una alma feliz, es el mejor remedio para las preocupaciones; es
el llamado para atraer muchos amigos; es una buena referencia para conseguir un
buen empleo; es la llave para abrir la puerta de la felicidad; es la clave para
identificar a los amargados que responden con un gesto de seriedad ante la
risa. Es el llamado de los corazones que vibran con júbilo, dicha y éxtasis de
siempre encontrar verdaderos motivos optimistas para vivir cualquier
eventualidad de la vida. Porque el dolor
es inevitable, pero la tristeza es opcional, por lo tanto la risa es la
condición para las reuniones de amigos felices, porque ahuyenta la
tristeza, acorta el tiempo de la
angustia, mantiene a la pareja y a la familia unida en un solo chiste, es una
manifestación de mantener una muy buena salud emocional, mental, y espiritual; es irradiar felicidad a toda habitación a la
que entremos. ¿Cuánto cuesta una sonrisa?, ¿Cuánto beneficio nos puede dar?,
dura un instante, pero se queda en el recuerdo una eternidad; no se puede
comprar, o forzar, simplemente se puede dar.
Su labor era más que un trabajo, el
circo era su casa, la risa su alimento, hacían lo que más les gustaba hacer en
la vida, que era salir al escenario a
representar la simplicidad de la vida. Todo empezaba de una forma cómica, el
payasito inteligente, el tonto, el serio, el que comía a todas horas, y el enanito, todos resultaban ser inocentes,
graciosos, juguetones en todo momento, y en las tragedias seguían riendo, no
perdían su felicidad, nadie culpaba a nadie; la vida para ellos era un juego,
simplemente un juego, nada personal,
tomar únicamente lo bueno, dejar pasar lo malo, lo preocupante, lo
triste, simplemente riendo hasta que los
problemas dejaban de ser problemas porque encontraban más fácil las soluciones
en la alegría que en las tristezas.
Un día de lleno total en el circo salieron a escena los cinco payasitos muy felizmente a improvisar sus actos, porque
se caracterizaban por ser muy originales y creativos, y nunca una actuación
sería igual a otra, porque existía la chispa espontanea de hacer travesuras,
haciendo interactuar al público e inventar escenas chuscas que hacían reír a la
gente. Y en plena actuación de los payasitos, entre risas de verdad, carcajadas
que hacían doler al estomago, el
payasito Tontín que era el mayor de todos ellos con una trayectoria de más de
sesenta años en los circos, cayó muerto
espontáneamente de un paro cardiaco fulminante. El show tenía que continuar,
nadie del público se tenía que enterar de lo sucedido, y sin demora alguna, un
par de payasitos entraron con una camilla y en forma cómica levantaron el
cuerpo, después tropezaron cayendo los tres, pero actuaron como si hubiera sido
parte del show levantando el cadáver de Tontín
de forma inmediata.
Había terminado la función de la
tarde, y todos los integrantes del circo estaban sumamente tristes y desconcertados. Alguien
comentó que se tenía que cancelar la siguiente función, pero los cuatro
payasitos comentaron:
-Barrigón: Hemos trabajado durante
muchos años con la finalidad de cambiar la vida de las personas. Hemos logrado
hacer feliz a miles de personas, y tenemos que continuar.
-Pimpón: Tenemos que honrar la memoria
de nuestro hermano Tontín, que quería ver un mundo mejor, trasformando las
caras tristes de la gente, en caras felices.
-Bonachón: Tenemos que continuar el
show, y en memoria de Tontín, porque nunca lo vi llorar de tristeza, algunas
veces agotado, pero era por sus ataques de risa cuando no podía parar de
reír. Ahora nos toca a nosotros llorar
de alegría, porque se fue al cielo con enormes carcajadas, se fue feliz, ya
estará en el cielo haciendo reír a los ángeles y a Dios.
-Barrigón: Nos hemos reído toda la
vida, ¿Cómo podríamos despedir a nuestro hermano de otra manera? Debemos
continuar lo que él inicio, que es hacer reír a todo el mundo, hasta
transformar sus penas, tristezas, y temores en felicidad.
-Chispita: La risa no puede morir, la
vida tampoco, como nuestro Tontín. Porque él nos decía que la risa es el mejor
medicamento ante cualquier enfermedad, que elimina el estrés, la obesidad,
oxigena el cerebro, rejuvenece el
cuerpo. Y él no creía en la muerte, pues su felicidad era tan grande, y su amor
hacia Dios era absoluto, inagotable,
con una energía indestructible.
Él pensaba que todos somos ángeles y
que venimos a esta vida a ser felices y reír lo más que se pueda. Y juraba que
llevaría sus mejores chistes a todos los seres divinos que acompañan a Dios en
el reino celestial.
-Pimpón: Después de que él llevó mucha alegría a los hospitales a
personas enfermas, hizo una promesa, que cuando lograra sanar a sus pacientes enfermos, le pediría a Dios que
le permitiera ver a los que nunca pudo sanar con su terapia de risa, para
seguirles llevando sus mejores chistes al cielo, porque entre esas personas se encontraban sus padres. Eso
quiere decir que sano a todos sus pacientes que tenía.
FIN.
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