Slider

viernes, 21 de noviembre de 2014

LA LUCHA DIARIA ES INÚTIL

La lucha diaria por complacer a los  padres, familiares, y amigos, para pertenecerles.
La lucha diaria para sobrevivir a las exigencias de la sociedad tecnológica y consumidora.
La lucha diaria para entrar al círculo social, que impone normas y califica por lo que se tiene.
La lucha diaria para no caer en tentaciones, vicios y adicciones que destruyen.
La lucha de tener que hacer lo que todo  el mundo hace, cuando no nos agrada hacerlo.
La lucha diaria de todos contra todos, para ser de los mejores, para tener el mejor lugar de  todos.
La lucha diaria contra el tráfico, contra el clima, contra eventos naturales que no se pueden evitar.
La lucha diaria con la pareja, hijos, padres, amigos, porque cada quien tiene opiniones diferentes.
La lucha por la herencia, por preferencias, por discriminaciones, por engaños y traiciones.
La lucha diaria para conservar un cuerpo estético, esbelto,  como lo vende la mercadotecnia.
La lucha diaria contra la vejez, cirugías estéticas, cremas, suplementos y todo tipo de aparatos.
La lucha diaria por encontrar la felicidad, realizando tareas sacrificantes, dolorosas y prolongadas.
La lucha diaria por superar recuerdos, traumas, ofensas, odios del pasado, sin poder perdonar.
La lucha diaria contra la inseguridad, delincuencia, injusticia y contra la desconfianza de la gente.
La lucha diaria contra el más fuerte, el más poderoso, el  estafador, el  defraudador, el  crítico, el abusivo.

La lucha diaria contra el ladrón, secuestrador, delincuente, violador, asesino, contra la maldad.  

La lucha diaria contra el victimario, contra la maldad, contra la obscuridad, contra la injusticia, contra uno mismo, contra cualquier cosa,  es una lucha encarnada que es muy difícil de ganar, y cuando se gana, se pierde algo de igual valor. Cuando alguien está luchando contra algo o contra alguien siempre termina debilitado, cediendo la energía y el poder al opresor. Cuando se le declara la guerra a alguien o algo, se está creando el conflicto, se está aceptando la existencia del problema  entre una víctima y victimario por un bien común, pero muchas veces el problema no existe, ni el victimario, o somos nosotros mismos.  El problema crece y se magnifica de acuerdo con la atención, con la energía que se le aplica, con la fuerza que se luche es como tomara dimensión el conflicto. En el ámbito espiritual hay un victimario que es el que ofende, el que lastima, el que infunde terror, pero hay otro victimario que es uno mismo, que es la propia víctima que está atrayendo magnéticamente a su opresor. Inconscientemente está pidiendo a la vida un maltratador para golpear sus complejos, fijaciones, debilidades o aquello que más detesta, que más molesta aceptar de las personas y que esta  presente en uno mismo.  Si se deja de alimentar el conflicto con pensamientos negativos, con revanchas, con maldiciones,  si se deja de luchar contra  el conflicto, desaparecerá en algún momento, porque se ha tomado conciencia, porque se perdonan todas las partes involucradas, porque ya no habrá motivos para la existencia de un victimario y una víctima;  lo que era un problema era un simple error de percepción, deja de luchar contra esa parte y simplemente amala, para que te amé, compruébalo  tú mismo, deja de luchar, deja de gastar tu energía en la batalla,  empieza a amar a  tu supuesto enemigo y veras que dejará de atacar, serás libre, recuperaras tus energías y felicidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario