Slider

sábado, 8 de noviembre de 2014

LA BESTIA Y LA BELLA


La BELLA, era una mujer hermosa, abnegada, frágil,  fiel a  su amor, y delicada como una rosa.
El la BESTIA, era un hombre con doble personalidad, cariñoso pero en su sombra se oculta un ser maligno.
El amor es como una rosa con espinas, cuando hay flor, todo es color de rosas, pero cuando la rosa se marchita y pierde su color, aroma y sus pétalos, solo quedan espinas que hieren y lastiman. Cuando una de las dos partes de la pareja deja de regar el rosal termina con el amor, y la otra parte se aferra para evitar que el rosal muera, no importando salir lastimado por las espinas. Y empiezan los días de peleas, ofensas, descalificaciones y engaños. Mientras la parte bruta, la fuerza varonil hace alarde de su naturaleza animal, la mujer abnegada tiene una inteligencia y fuerza mayor que el hombre para soportar tanto maltrato y mucho más, si supiera canalizar esa fuerza no habría poder humano que la doblegara.  ¿Hasta cuándo se  soportarán  las humillaciones, los maltratos, la violencia física y psicológica? Que sí hay arrepentimiento, perdón y promesas de cambiar, pero solo  por periodos cortos de tiempo, para que en cualquier momento nuevamente surjan  los actos cobardes  que no tiene nombre en este mundo, porque HOMBRE que aplasta con la fuerza de sus manos a la rosa no es HOMBRE, tampoco un animal, es escoria del mal.     

El principio del fin del  amor  llegó cuando él se quitó  en la intimidad de su hogar,  su máscara social, esa con la que sonríe a  la gente; cruel desengaño haber elegido a  un ogro machista que descarga su furia  a través de sus golpes sobre el rostro que un día juró  eterno amor, sobre el cuerpo frágil y temeroso, rompiendo en mil pedazos su dignidad, destrozando su moral, sepultando sus sueños.
Todo el tiempo viviendo con  temor, con amenazas, destrozando las ilaciones, las relaciones familiares con el látigo del desprecio, ¿Dónde está la justicia divina? Ella pone la otra mejilla y al momento sangran sus encías sin poder tragar sus ansias de gritar justicia. Mientras la Bestia se mofa  de los sacramentos del matrimonio, del juramento ante el altar,  ordena  ser atendido como rey,  exigiendo fidelidad hasta que la muerte los separe, porque lo  que Dios unió, nadie lo puede separar.  Ella esperando que él algún día cambie,  no se da cuenta  que el que pega una vez,  pega dos, tres y muchas veces más.
Todo parece una película de terror.  Las noches de amor pasional bajo la lluvia entre relámpagos y truenos se fundían en una sola alma, ahora solo  quedan los relámpagos y truenos sin pasión y sin amor.
 Después de una fuerte tempestad viene la calma, después de los maltratos y golpes,   vienen  los te quiero, te amo, perdóname, no vuelvas a provocarme.  “Recuerda que no soy yo el que te lastima, es el niño interior  que creció con maltratos y resentimientos contra sus padres, contra la sociedad, que quiere golpear a los mas fuertes que le privaron de oportunidades y que cobardemente se  desquita  con su  parte débil que lleva  en su  interior.
¿Es valentía o  cobardía?, soportar por mucho tiempo los azotes  que dejan huellas traumáticas, acorralando las intenciones de libertad con amenazas y humillaciones. Tener la esperanza  de que algún día regrese aquel hombre amoroso, atento, servicial e inseguro  que conoció durante su  noviazgo, y se pregunta en qué momento todo cambio?  porque después de una  golpiza, aparecen  los arrepentimientos, las flores, y regalos materiales. Y aparece nuevamente la esperanza de que algún día cambie, y se da una oportunidad más, porque hay muchas cosas de por medio
Bien sabían mis padres que era un hombre que no me convenía,  porque  él tenía grandes  traumas, complejos, y muchos problemas familiares, pero no me importó,  pensé que mi  amor lo iba a cambiar algún día,  pero en su interior escondía rencores, odios, y culpas reprimidas desde su infancia, que se agudizaron en su juventud, y en su edad adulta las cubrió con un disfraz de cordero,  representando un cuento muy bien actuado de  un débil, maltratado  e indefenso y  ser, que buscaba ser amado y  comprendido, porque había  sufrió mucho.
El es el hijo de un tigre, seguira utilizando sus mismas garras para destrozar  lo que mas ama y lo que mas le molesta; hay dentro de él un torrente de frustraciones, debilidades y miedos que quisiera desaparecer, pero al final  seguirá  hundiéndose mas y más  en un túnel obscuro de fantasmas diabólicos, acumulando karmas muy  negativos, todo tipo de accidentes y sucesos desafortunados; vida tras vida se  hundirá más en un infierno sin salida.
Ella  dejo de ser una  bella joven, para convertirse en  una rosa marchita, que buscaba  con desesperación  amor, compañía, y consuelo  en cualquier persona que le ofreciera migajas. Una mujer   que no conocía  el amor, que durante  su infancia careció de cariño y afecto; una persona que no se amaba, que no se valoraba, que se odiaba a sí misma, y  que en su juventud  miles de emociones confusas le hicieron buscar desesperadamente el amor, atrayendo automáticamente a un hombre  que también  había tenido una vida difícil. Ambos no tenían que darse uno al otro. “Dios los hace y ellos se juntan, dos almas desesperadas que no conocian el amor en su interior,  se unieron para hacer  sus vidas aún mas  miserables”.


F I N .

No hay comentarios.:

Publicar un comentario