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martes, 18 de noviembre de 2014

EN POS DE LA JUSTICIA VERDADERA

La justicia es clamada en las calles, en los hogares, en las escuelas, en las fuentes de trabajo, en todos los lugares donde existen las guerras, la delincuencia, y  los atropellos a los derechos humanos.  La justicia de los hombres es como trapo de inmundicia que solo hace más grande la mancha de sangre, que tapa a los verdaderos culpables, que ensucia más la naturaleza de un hombre inteligente. Como lo dijo  el apóstol San  Pablo:  No teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino la justicia de Dios que es por medio de Jesucristo.  Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios y nuestros semejantes.  Vamos en pos de esa verdadera justicia.
“Pueblo mío, préstadme atención; Nación mía, escuchadme:  De mí saldrá la ley; mi justicia será la luz de los pueblos.  Escúchenme  ustedes,  pueblo que conoce la justicia y que lleva mi enseñanza en su corazón:  No tengan miedo de las afrentas humanas, ni se desanimen por sus ultrajes, porque la polilla se los comerá como a un vestido; los gusanos se los comerán como a la lana; PERO MI JUSTICIA PERMANECERÁ PARA SIEMPRE, MI SALVACIÓN SERÁ LA  MISMA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Isaías 51:1,4,7,8.
Habéis oído que se dijo: “OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE”.
Mateo 5:38-48
Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;  Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;  Y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.  Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses.  Oísteis que fue  dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.  Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid a  los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos  que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos é injustos.  Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos?  Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles?  Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
“Ojo por ojo”, no quiere decir que cada quien tiene que hacer justicia por sus propias manos. Existen leyes universales que son inquebrantables en esta vida, como: La ley de causa y efecto, en donde todos estarán  cosechando lo que sembraron. “Trata a tus semejantes como quieres que te traten”, esta es la ley de oro que dice que si alguna vez causas un mal a alguien, aunque te escondas en la cueva más obscura para hacer tus fechorías,  el destino te encontrará para que pagues por tus maldades, porque de la justicia divina nadie se burla. El que critica será criticado, el que roba será asaltado, el que engaña será traicionado, el que hace un  mal a alguien, el mal le caerá en su vida.   

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