Cuento que el Niño Cuenta a sus Padres antes de irse a Dormir
LA
CARRERA DE LA LIEBRE Y LA MARMOTA
El bosque había dejado atrás sus últimos amaneceres fríos, dejando
pasar nuevos rayos de sol primaveral. De los
árboles empezaban a brotar nuevas hojas, mientras muchas plantas abrían
sus primeros botones en la víspera del equinoccio de primavera.
Algunas marmotas, mapaches, liebres, topos, osos zorros, venados, lobos
y otros animales más salían para dar la bienvenida a la primavera, mientras que
los osos salían de su hibernación, y las
aves e insectos habían dejado sus nidos y
capullos para poder estrenar sus
alas en la época más bella del año. En todo el bosque se respiraba aire fresco
de vida nueva, el paisaje multicolor invitaba a pasear por sus prados verdes
tapizados de flores perfumadas.
Muchos animales de todos tamaños corrían por los pastizales, unos
brincaban entre los árboles, otros volaban y cantaban sobre los árboles. Era
una gran fiesta anunciando la llegada de la primavera, y convocando a la gran
carrera a campo traviesa que se llevaba a cabo cada año.
Todos los animales comentaban sobre el gran evento, muchos se reunían
para entrenar jugando y realizar todo
tipo de ejercicios que les permitiría
pasar momentos muy divertidos entre risas y esparcimiento para la
carrera. Los osos entrenaban con los lobos, zorros y venados. Los changos
y los coalas subían y bajaban de los árboles al medio día queriendo
romper su record. Los armadillos,
topos, marmotas, tejones, y mapaches
corrían despavoridos ante el asombro de los osos, quienes ignoraban que corrían
tan rápido como podían debido a que se
sentían amenazados por la orina mal
oliente que lanzaba el zorrillo quien disfrutaba de la carrera, muerto de risa.
Todos los animales entrenaban de forma muy amena, eran solo juegos
divertidos donde ejercitaban sus risas y su alegría en equipo, no importaba quien ganara ni quien
perdiera, el único objetivo era pasar momentos muy felices. El único animal
solitario que realmente se entrenaba a conciencia y de forma muy estricta era
la liebre, el animal que había ganado todas las carreras cada año sin
excepción.
Un día mientras todos los animales jugaban juntos, la liebre corría
atravesando todo el bosque hasta llegar a lo más alto del monte, y regresaba en
unos cuantos minutos sin mostrar fatiga y de pronto se detuvo frente a todos los animales y les
dijo:
-LIEBRE: Conejos lentos, por más que se entrenen nunca podrán ganarme.
Ustedes son unos perdedores incapaces de
ganarme aunque les dé una hora de ventaja.
-MARMOTA: Desde este momento todos nosotros nos consideramos ganadores,
porque disfrutamos todos los días del
año de la primavera, de tal manera que
el día de la carrera será otro día más
por disfrutar de la competencia y
ganaremos algo que tú nunca ganaras.
-LIEBRE: Todos los años les he regalado una hora de ventaja y aun así
siempre gano. Ahora cambiaremos las reglas, ustedes escogerán a sus diez más
veloces animales que participarán uno a
la vez alrededor del lago de un kilómetro de largo, será una carrera de
relevos, cuando llegue uno a la meta, es cuando iniciara el siguiente hasta
completar los diez animales. Mientras yo correré diez veces dándole la vuelta a
toda la montaña que tiene diez kilómetros de largo, sumando un total de cien
kilómetros yo solo. El que llegue
primero a completar sus diez vueltas será el ganador.
Y si fue como inicio la carrera, la liebre salió disparada hacia la
primera vuelta a la montaña, mientras el lobo lo haría alrededor de lago,
después lo seguiría la zorra, después el venado, el oso el armadillo, el topo,
el mapache, el zorrillo, el chango y al final la marmota.
Muchos animales se habían reunido para presenciar la gran carrera,
muchas aves volaban de cerca para comprobar
que no existiera ninguna trampa; y
después de un par de horas, la liebre
llego primero a la meta completamente
exhausta, dejándose caer al suelo en medio de muchos animales que estaban
reunidos, en un silencio total, sin que nadie hiciera algo para auxiliar a la
liebre, debido a su altanería y presunción. Pocos minutos después llego la marmota a la meta todavía con
energía, y entre gritos y alegría, todos los animales corrieron a abrazarla y
felicitarla, después el oso cargo a la marmota sobre su espalda, y se dirigieron a festejar en
medio del bosque en compañía de todos los animales que estaban presentes.
Mientras la liebre se había quedado sola y
tirada en la meta, sin que hubiera alguien para felicitarla.
La gente amable y cariñosa que
logra triunfos en la vida, siempre tendrá
familiares y amigos con quienes festejar y compartir sus logros,
recibiendo de ellos felicitaciones sinceras y muestras de cariño verdaderas.
F I N.
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