CUENTO PARA JÓVENES
Cristina y Mary, habían crecido juntas en el mismo
vecindario, compartieron muchos juegos infantiles, después estudiaron juntas hasta
el nivel bachillerato. Después tuvieron
que elegir universidades diferentes para que el destino las separara por un
tiempo.
Las dos encantadoras mujercitas habían vivido una infancia
maravillosa al lado de sus padres, una juventud un poco accidentada por los
continuos cambios físicos, y psicológicos como cualquier joven
normal de su edad. Se enamoraron por primera vez, sufrieron sus primeras
desilusiones amorosas, lloraron por meses, pero sus neuronas juveniles
fácilmente olvidaban, perdonaban, recobraban la felicidad, ya que a su edad sus
corazones estaban en total plenitud para reponerse y seguir bombeando sangre
joven, saludable, y rica en oxígeno, nutrientes, y baja en resentimientos, odios,
y penas.
Cristina era la más optimista, alegre, y agradecida con la vida y con Dios, por todas las bendiciones con las que la
premiaba el Universo. Era el dulce que embelesaba a toda reunión, la mariposa
que engalanaba cualquier jardín, era la más entusiasta en los encuentros de
volibol, de futbol, y natación de su
escuela, era el alma que alegraba cualquier fiesta, no era la más inteligente
pero sí la que siempre compartía y ayudaba a los más atrasados, en varias ocasiones
fue la Reina de la generación elegida por mayoría de votos, no por su belleza
sino por su carisma, tampoco por pertenecer a una clase social adinerada que solamente
seleccionaba a un pequeño grupo de amigos. Cristina era toda humildad y sencillez,
compartía amor a toda la gente que le rodeaba, hasta convertirse en el
mismísimo amor.
Su vida era magnifica, muchos decían que era un Ángel
encarnado que había bajado del cielo, porque irradiaba una luz sanadora, y por
su sola presencia ocurrían todo tipo de milagros, porque por su mente solo
había cabida para pensamientos y emociones positivas, vibrando en una frecuencia
muy alta y fluida atrayendo a su vida únicamente eventos felices. Como
cualquier persona tenía sus problemas personales, pero nunca dejaba que
afectaran su estado de ánimo, y ante cualquier adversidad, ella seguía
agradeciendo todo el tiempo de las cosas buenas y malas que le pasaban.
Agradecía a Dios hasta los más pequeños detalles, por la manzana que se comía
en la mañana, por los amaneceres, por la lluvia, por el canto de las aves, por el oxígeno que respiraba, por el
agua cuando se bañaba, por todo agradecía.
Un día Cristina recibio una carta de su amiga Mary, contándole sus
desgracias y penas. Había terminado una relación de cinco años con su
prometido, que estaban a punto de casarse, también al mismo tiempo había perdido
su trabajo que tanto amaba y tantas satisfacciones le había dado. Mary había
caído en una depresión muy profunda, semanas llevaba encerrada en su habitación
sin querer saber nada de la vida. Únicamente se acompañaba de sus más tristes y
dolorosos recuerdos, lamentándose lo sucedido, queriendo encontrar respuestas y
causas por las cuales vivió tan lamentables acontecimientos. Por su mente
pasaban miles de pensamientos deprimentes, de frustración, tristeza y culpa,
y entre ellos el suicidio. Y una carta que escribió a su ex prometido y que
también le envió a su amiga Cristina para que le diera un consejo:
“El Abandono duele, mata, me oprime el
corazón dejándome moribunda sin sangre, sin latidos, los juramentos de amor los
transforma en puñaladas, los momentos felices vividos, ahora son recuerdos de
lamentos sufridos. ¿Por qué ya nada es como antes?, ¿Por qué se
terminó lo que tú mismo comenzaste? Tú ya decidiste que hacer contigo, pero yo
no sé qué hacer conmigo, ya que no pudo amarte, solo me queda odiarte hasta
que la muerte me haga olvidarte, ¿O tendré que resignarme? Por lo que no pudo
ser, y seguir soñando el mismo sueño de siempre, por lo que no pudo ser. Si
muero no muero por causas naturales, si muero es por negligencia del amor y por
abandono, porque la flor fue brutalmente arrancada de la tierra, porque el
retrato donde estábamos juntos en un solo abrazo lo rompiste en mil pedazos,
muero por lo que tu empezaste y lo enterraste”. En el momento que Cristina leyó la carta que había escrito Mary a su exnovio, noto que su amiga estaba en una gran depresión profunda, ya que no había sido capaz de asimilar la ruptura de su noviazgo, y posiblemente estaba pasando por momentos desgarradores. Había perdido el interés por la vida, su desamor podría llevarla a una salida falsa, con terribles consecuencias. Inmediatamente empezó a escribir una nueva carta de respuesta, para que recapacitara, y pudiera encontrar una mejor salida a su pesar:
“Mi querida amiga Mary: En el camino del Señor hay espinas y prados muy verdes, desiertos inhóspitos como playas paradisiacas, pantanos macabros en donde muchos se hunden creyendo que es la única forma de terminar con sus vidas, pero también hay paraísos llenos de esperanzas, oportunidades, llenos de dicha, de felicidad.
Pero recuerda que la vida da muchas vueltas, que después de la noche más obscura y fría, llega el amanecer y un nuevo día de oportunidades, llega la bendita primavera. Después de un doloroso parto, vienen momentos de felicidad. Después de la tempestad, viene la calma. Después de la crisis más profunda llega un gran avance económico. Esta vida está llena de retos y pruebas, no hay problema alguno, son simplemente pruebas que nos pone la vida, y que tenemos que aprender a superarlas, porque de lo contrario, las experiencias que no te dejaron enseñanzas se repetirán una y otra vez, en esta vida o en la siguiente, hasta que asimilemos la lección, porque hay leyes que rigen el Universo, La Ley del Ritmo, todo va y viene, como la noche y el día, como la vida y la muerte y nuevamente la vida, como las olas del mar que van y nuevamente regresan a sus mismas playas. Y si no superas tus fracasos, en la siguiente vida surgirán nuevamente hasta que los asimiles.
Y lo más importante que te quiero decir amiga mía: Recuerda que en nuestras cabezas revolotean miles de pensamientos negativos que quisieran aterrizar sembrando la tristeza en nuestra mente y en nuestro corazón. Y si eso llegara a pasar entonces se desatara una cantidad enorme de amenazas, desastres, plagas, guerras, y sufrimiento contra las Almas de las personas. Pero no todo está perdido, porque el Corazón perdona todo, y la Mente es fácil de engañar. En el Corazón como en la Mente, no puede estar habitada por el MAL y por el BIEN al mismo tiempo, solo hay cabida para uno de los dos. Por ejemplo en mi mente y en mi corazón solo guardo Gratitud, Amor, Felicidad y muchas cosas del BIEN, y no hay ningún espacio para pensamientos del MAL. En cambio tu amiga Mary, en tu Mente y Corazón solo hay lugar para el MAL, que es el causante de tu depresión, desamor, ansiedad y temor.
Primero tienes que salir de tu Invierno frio y triste, para pasar a la primavera más alegre. Salir de tu noche negra y fría, para pasar a la Luz de un nuevo día, Salir de tu tormenta porque te espera la calma. Y ya que hayas pasado de la fría obscuridad al nuevo día de Luz, entonces desterraras los pensamientos MALOS de la depresión, todo lo malo hay que tirarlo a la basura, si algo se fue, si algo perdimos es que no nos pertenecía, llegamos solos a este mundo y con las manos vacías por lo tanto nada nos pertenece, ni el oxígeno que respiramos. Hay que agradecer por lo mucho que nos llega para hacernos felices, por lo poco que nos llega para ser infelices, hay que saber soltar para que el Universo llene ese espacio con algo mucho mejor que nos corresponde por derecho. Por ese motivo debes remplazar los MALOS pensamientos por POSITIVOS, para crear emociones BUENAS para la mente y el Corazón que esperan sanación. Y cuando hayas remplazado el MAL por el BIEN en tu Cerebro y Corazón, no permitas que nuevamente desalojen al BIEN, porque cuando hay gratitud, amor, felicidad en tu Mente-Corazón, ninguna depresión, miedo, tristeza, perdida, separación o enfermedad, podrá afectarte, tal vez un pequeño resfriado sin importancia.”
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