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jueves, 17 de julio de 2014

REFLEXIONES

REFLEXIONA SOBRE TU VIDA
“Conócete a ti mismo y serás dueño de la verdad”. Ya lo decía Sócrates y lo repitió Jesús, y otros filósofos decían: “Como es arriba es abajo, como es tu interior es tu exterior”. Tan solo basta con hacer una pausa en nuestras vidas, y reflexionar unos minutos sobre estas frases célebres de personajes que trascendieron en la historia. Solo unos minutos  bastarían para cambiar años de desgracias, de incertidumbre, que predecían un final de desgracias, por años de sabiduría, de salud, de felicidad y de mucha prosperidad. Conocernos  a nosotros mismos muchas veces es  difícil, y una forma  es ver el entorno en que vivimos y nos movemos, ¿Las relaciones que tenemos con la gente a nuestro alrededor son magníficas, respetuosas, sinceras ó son conflictivas?, tenemos que sincerarnos y descubrir nuestras bondades, temores, fantasmas, complejos o virtudes que hacen que estemos recibiendo lo que hasta ahora y analizar si lo  merecemos por justicia divina.
Nadie pude dar lo que no tiene, tampoco encontrar en su interior, lo que no tiene en su exterior. Nadie puede dar paz, felicidad, amor ó comprensión, cuando no se tienen, ni tampoco lo puedes pedir a otras personas que carecen de ello, porque no está en ti, ya que según la ley del magnetismo, o la ley de atracción solo atraes aquello que está vibrando en tu misma frecuencia, en donde lo semejante atrae a lo semejante, y si en tu interior solo hay malos sentimientos de escases, envidias, odios, temores a la enfermedad, al abandono, al sufrimiento, es lo único que atraerás por las leyes divinas que rigen el universo. ¿Qué pasaría si llenas de amor tu interior?, ¿Qué pasaría si empiezas a amaste a ti mismo?, deja de criticarte, deja los resentimientos y culpas del pasado, las envidias, los celos, las venganzas y empieza a perdonarte, a amarte y te comenzarán a llegar milagros.
Acepta las adversidades porque fueron tus creaciones, responsabilízate de ti mismo; en el momento que reconozcas tus equivocaciones, estarás dando un paso importantísimo y te darás cuenta que en tu interior había un intruso muy ignorante, y en ese momento lo desterrarás de tu vida, reconociendo su importancia ya que en su momento, él te indico dónde estabas fallando. Ahora hay que sacar el coraje para volver a empezar en el lugar correcto.
Aprende de los errores, de las adversidades, porque dejan un gran aprendizaje, entrena tu mente para que encuentre todos los días lo bueno que pasa a tu alrededor, considerando  las cosas malas como las enfermedades que no son otra cosa que avisos del cuerpo cuando existen emociones mal canalizadas. Las crisis son oportunidades de cambio, y los problemas son escalones para subir y graduarse en:  “ Maestría de la Vida”.
Cambia la manera de ver las cosas, para que las cosas cambien. Estar repitiendo los mismos patrones  de conducta durante años, esperando que las cosas sean diferentes, es llegar al desequilibrio. Considera el momento oportuno para cambiar la antigua programación de tu pensamiento, ya que te tiene hipnotizado. Debemos cambiar nuestro chip, resetear nuestras creencias, para encontrar la verdadera libertad, la verdadera felicidad, y la  paz en tu noble corazón.
Perdona es el siguiente paso a la sanación. Dejar lastres, es quitar las culpas de nuestra espalda que nos atan al sufrimiento, creándonos dolor;  es sanar a nuestro niño interior, es perdonar a los que nos ofendieron, es pedir perdón a los que ofendimos, pero con conciencia, desde el corazón, ver a nuestro verdugo con amor, porque es el alma bondadosa que cobró nuestros karmas, que  nos quito un gran peso de encima, costales de deudas que traíamos cargando sobre nuestros hombros, y ofreció su propia espalda, para aligerar nuestra carga.

Donde veíamos un victimario se encontraba un gran maestro que nos mostraba lo que no podíamos ver con nuestros propios ojos; todas nuestras debilidades, prejuicios y complejos hallados en  las cosas que no tolerábamos, ahí se encontraban los maestros que nos harían la vida imposible, para mostrarnos los sentimientos negativos que albergábamos en nuestro interior como la intolerancia, intransigencia, egoísmo y arrogancia ayudándonos a sacarlos de nosotros por medio de la humildad y el  perdón a nosotros mismos.

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