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jueves, 9 de octubre de 2014

EL RETORNO AL PARAISO

El reino de Dios es infinito, gobierna todos los rincones del universo, miles de galaxias, planetas y millones de estrellas  que lo conforman, pero existe una galaxia muy en especial donde se está efectuando una guerra entre los seres de  Luz y los seres de Obscuridad. En los principios de la creación Dios creo a millones de seres de luz a su imagen y  semejanza para reinar los diferentes cielos,  dimensiones celestiales, y muchos mundos, porque el reino de Dios está formado de muchas moradas, y en una morada muy especial, hay  todo un paraíso celestial donde los millones de Ángeles viven en armonía, en donde reina la paz, donde se puede respirar un amor tan sublime y perfecto que en ninguna otra parte del universo se puede encontrar, porque es la morada del  Creador, es la morada perfecta que ningún Ángel quisiera abandonar, porque fuera de ahí no hay dicha ni gozo igual.
 Dios tenía muchas tareas, misiones y mensajes que llevar a sus diferentes dimensiones y mundos, hasta que creo otro hermoso paraíso, en un mundo llamado tierra, donde separo las tinieblas de la luz creando el día y la noche, reunió todas las aguas, dejando tierra firme y una bóveda en el  cielo adornado por estrellas, y dos lumbreras, una para el día y otro para la noche. Creo infinidad de vida marina, vida alada para los cielos, miles de hermosas especies animales y vegetales, para adornar los más hermosos paisajes llenos de colores a la vista de todos los seres de luz, que aplaudían la magnánima creación de Dios.  Todos los Ángeles estaban maravillados por tan sorprendente obra del gran Maestro, del gran Arquitecto, todo estaba perfectamente sincronizado, relacionado, y unido, todo dependía de todos, hasta la más minúscula flor o insecto tenían su propósito de vida. Existían matemáticamente leyes universales que regían la vida en la tierra, como el día y la noche, como las estaciones del año, la gravedad, la traslación, la rotación, la ley del magnetismo, y la ley del amor; asimismo creó cadenas alimenticias, y  biológicas para la existencia de vida animal y vegetal. Todo estaba perfectamente sincronizado, y relacionado para que cada una de las partes hiciera funcionar la totalidad de la vida.  Un mundo maravilloso, lleno de vida, todo un mundo vegetal y  animal viviendo del mismo mundo subatómico, de los mismos elementos con que formo las estrellas, más un aliento de vida para que pudieran crecer y reproducirse.

Después de haber creado un paraíso en la tierra, todo marchaba a la perfección, las plantas y árboles crecían conforme a lo planeado, los animales comían, dormían, se reproducirán, morían, y nuevamente crecían los más pequeños para seguir comiendo, durmiendo, reproduciéndose y morir. Todo era perfecto conforme lo creado, pero monótono y sin ningún cambio ni evolución. 
Hasta que Dios pensó crear una chispa divina, su obra perfecta de todos los tiempos, y éste fue el Ser Humano. Nuevamente los Ángeles estuvieron maravillados por tan grandísima belleza e inteligencia junta. Dios había creado al hombre a su imagen y semejanza, de su propia carne, de su propia sangre, de su propio aliento lo creo, con muchas facultades y dones, con cinco sentidos para apreciar las manifestaciones del paraíso, para experimentar emociones tan complejas como exquisitas, frustrantes, dolorosas y felices.  Y así fue como creo al hombre para que reinara en la tierra, con su propia inteligencia, con su propia consciencia, con la capacidad de pensar, sentir, decidir, y actuar con voluntad propia para crear,  con la gracia de tener un alma, y con el privilegio de gozar con un libre albedrio.

Después de haber creado al hombre en la tierra, Dios mando llamar a sus Ángeles para darles una nueva tarea, que era la de cuidar y servir a su hijo Jesucristo como a los humanos en  la tierra, pero Luzbel, uno de los ángeles más bellos de la corte celestial no estuvo de acuerdo con servir a otro que no fuera su creador.  Por su orgullo, sabiendo de sus grandes capacidades, atributos con que el creador le había dotado, no estaba  dispuesto a servir  a los seres inferiores  del mundo terrenal. Tampoco estaba dispuesto a servir  a Jesucristo, el hijo de Dios, simplemente lo considero como uno de sus enemigos.  Y en esos momentos Luzbel utilizo su gran inteligencia y su poder de convencimiento para levantarse en una gran rebelión contra Dios, comenzando una batalla entre el bien y el mal. Un tercio de los ángeles existentes se unieron a Luzbel, que fácilmente los convenció  de hacer valer su hegemonía de seres superiores, y tomar el trono que le pertenecía al hijo de Dios.  Mientras el Arcángel Miguel que todo el tiempo estuvo fielmente al lado del Creador, por su inteligencia, por su valentía, y por su amor al bien, fue llamado para organizar la protección del reino celestial, estaría todo el tiempo luchando y frustrando los planes malignos de su acérrimo rival Luzbel.
En ese momento se desato una gran batalla en el cielo, el Arcángel Miguel y sus Ángeles combatieron contra Luzbel y sus Ángeles obscuros. Los Ángeles que lucharon del lado de Luzbel no pudieron resistir los embates del bien, y ya no hubo  lugar para ellos en el cielo.
Dios no perdono a los ángeles que pecaron, los desterró del cielo, y así fue como miles y miles de Ángeles de Luz cayeron, pasaron a formar parte del  mal, de la obscuridad, distribuyéndose en muchos planetas donde se escondieron  con disfraces del bien para engañar y destruir.

Desde entonces los ángeles caídos fueron tomando más fuerza, se mezclaron con otro tipo de seres físicos, dando lugar a verdaderos demonios con mejores poderes y con una tecnología más avanzada. En algún tiempo, ángeles caídos llegaron a la tierra para substraer minerales y energía para llevarla a los planetas que habían tomado como hogar.  
En los principios de la existencia de Adán y Eva, apareció por primera vez la maldad convertida en una serpiente, que sería la causante de que Adán y Eva desobedecieran  las órdenes  de Dios, y que también sufrieran el destierro del paraíso por los pecados cometidos.

Desde entonces se está librando una batalla entre el Arcángel Miguel y sus Ángeles contra los ángeles caídos de la obscuridad  que  pelean sobre  la tierra; la humanidad está peleando contra el mal, y en algunas partes el Bien está perdiendo la partida, lugares donde están presentes las guerras, los secuestros, los suicidios, las drogas, y muchos problemas con muchas desgracias que acarrean sufrimiento y muerte.


Los ángeles del mal, son seres que se ocultaron en la absurdidad, y desde ahí pretenden terminar con la obra perfecta de Dios, que son los seres humanos, creando intrigas, celos, envidias, odios, provocando peleas unos contra otros, originando divorcios, separaciones de todo tipo.
Dios desde los cielos, da instrucciones a los Ángeles del Bien para que acompañen y protejan a las personas, pero sin interferir en sus decisiones, porque estaba preocupado y molesto por la forma tan malvada con la que estaba jugando el Equipo del Mal. Algunos Ángeles del Bien propusieron a Dios interviniera, que terminara el juego, que con su poder destruyera a los Ángeles Caídos. Pero Dios nuevamente se opuso a terminar el conflicto, porque sabía que su obra más perfecta es el Ser Humano, creado con muchas facultades y dones para caer y para levantarse, para odiar y perdonar, para sufrir y ser felices. Tiene la inteligencia sin límites, la fuerza de voluntad de un gigante, la energía de un sol, en su interior esta una fuerza colosal con la que puede conquistar, evolucionar, crecer, crear y derrotar a cualquier enemigo que interfiera en su propósito de encontrar su paz, su felicidad, su evolución. En su interior guarda el secreto para eliminar al MAL, para curar cualquier enfermedad, para terminar con cualquier problema, discusión, mal entendido, cualquier odio, rencor, rabia, y el MAL no lo  puede vencer,  ya que su arma secreta es  el AMOR.
La guerra entre el Bien y el Mal ha durado miles de años, nadie ha podido ganar nada, pero muchos si han perdido todo,  porque en una guerra nunca hay un ganador total, porque la guerra desgasta la vida, la energía, la paciencia. Pero para el Mal, cada gente que caía en sus garras y empezaba a actuar con maldad, estaba generando energía negativa con la cual unos demonios se alimentan como vampiros. ¡Sí!, los Ángeles caídos seleccionan a las personas más débiles, para provocarlos, e incitarlos a actuar negativamente, la gente agrede a la misma gente, se lastiman entre hermanos y padres, se matan unos a otros. Hay lugares donde el Bien gano, y es donde la gente vive muy felizmente, donde todos se aman por igual, y si llegara un ser de obscuridad a provocar a cualquier persona,  solamente se le bendice y se le perdona sin ninguna intención de contestar con alguna agresión, de esta manera nunca logran esclavizar a más almas.


Lo importante de esta historia, es que todos los Seres de la Luz, todos los Seres de la Obscuridad, todos los Ángeles y los Arcángeles, como la humanidad terrenal, son creaciones de Dios, son parte de Dios, son uno con Dios, son creaciones de su misma carne, de su mismo aliento, de su misma consciencia, Dios se dividió en miles y después en millones, y nuevamente se dividió en millones de millones de veces en una gran explosión creando vida en todo lo existente, se expandió su infinito amor, pero llegará el día en  que se contraiga, y que todos tengan que regresar a casa, en una sola unidad,  al corazón de Dios. Una dimensión muy alta donde se encuentra el Paraíso Celestial, donde reina la Paz, la Felicidad, y un Amor sublime y perfecto que solo se conoce en este nivel.  Muchos de estos seres han vivido por miles de años en una guerra del Bien y del Mal, y ya están cansados de pelear, y lo único que quieren es regresar a casa, al verdadero paraíso al lado del Creador. Hay muchos seres muy avanzados de otros planetas y otras dimensiones que ya libraron la batalla y el Bien triunfo, están listos para regresar a casa, pero mientras siga existiendo disputa en la tierra, no se podrá efectuar el llamado del Creador. Está en las manos del ser humano terminar con esta guerra, dejando de luchar contra su prójimo, dejar de criticar, de juzgar, de odiar, de lastimar al hijo de Dios, porque todos somos hijos del mismo Padre, somos hermanos. El perdón, la felicidad, el amor es una energía positiva que ahuyenta a cualquier demonio, porque es la única forma eficaz de terminar con la obscuridad, simplemente irradiando luz, luz de amor.   F I N 

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