Ese día en el cielo, un grupo de ángeles estaba
pintando el arco iris, otros estaban esparciendo polvo de estrellas sobre las
nubes, para formar todo tipo de figuras caprichosas que se encendían y
apagaban, como rascacielos, puentes colgantes, árboles de navidad, unicornios,
automóviles, y hasta aviones, cualquier cosa era buena para seguir jugando en
el reino celestial donde todo era júbilo,
todos los ángeles participaban en los juegos mientras estuvieran fuera de sus
misiones, porque cada uno de ellos tenía tareas precisas que llevar acabo, y
antes que todo, estaban las obligaciones para un buen funcionamiento de la
tierra como en el cielo. De repente oyeron el sonar de una campana, era un
llamado urgente de Dios.
La reunión era para los ángeles que estuvieran
disponibles para la siguiente misión en la tierra. Todos estaban muy contentos y de inmediato acudieron ante la
presencia del Señor para escuchar su palabra:
-Dios: Mis más amados angelitos traviesos, les
quiero recordar que después de terminar sus juegos, de desordenar y apagar
estrellas en el firmamento, de pintar corazones en todos lados, de formar
figuras caprichosas con las nubes, tienen que poner todo en orden, regresar al
estado original las cosas, aquí no se permite el desorden, como existe en
algunos hogares de la tierra, en donde los niños hacen desbarajuste y son los papas los que terminan arreglando el
caos. Cuando jueguen utilizando los
anillos de Saturno para jugar a las carreras de autos chocadores, todas las
cosas las tienen que poner en orden.
Ésta vez enviaremos nuevamente a un grupo de
angelitos a la tierra para recordarles el camino de regreso al cielo a muchas
personas que están perdidas entre sus conflictos, enfermedades y todo tipo de
desventuras, porque ellos siguen pensando que yo soy el que les envía dichos
infortunios.
-Dios: Muchas personas desean que yo me aleje
de sus vidas, porque piensan que no escucho sus plegarias, y no pueden
encontrarme en sus templos, ó en sus libros; me buscan por todos lados y dicen
que no logran percibir mi presencia.
Ellos solo me buscan cuando tienen los
problemas y me acusan de ser el
responsable de todo lo malo que les sucede.
Y respondiendo los Ángeles:
- Ariel: Yo padre mío, a mí me encantaría estar
en esa misión.
- Raguel: Yo también padre mío, yo estoy
dispuesto a dejar mis juegos para ir a la tierra.
- Chamuel: Yo también padre mío, inclúyeme en
esa hermosa tarea.
- Zadquiel: Yo también padre mío, quiero ayudar
a esas personas.
Y muchos otros ángeles también estuvieron
dispuestos a dejar sus momentos de diversión en el cielo, para bajar a la
tierra y mostrar el camino más fácil y
placentero para encontrar a Dios.
-El ángel Ariel se presentó ante un gran
magnate de la industria de los estupefacientes, muy buscado por las leyes de
justicia de varios países. Esta persona ya había sufrido muchos atentados
contra su vida, además de traiciones de su gente de confianza, así como de
muchos familiares y enemigos que lo querían desaparecer del negocio ilícito. Su
riqueza no era capaz de comprarle paz, felicidad y seguridad para vivir. El
magnate buscaba desesperadamente quien cuidara sus espaldas para seguir con sus
negocios. Hasta que en alguna ocasión fue emboscado junto con sus escoltas, por
unos enemigos, muriendo todos menos el magnate que estaba herido de muerte. En
su sufrimiento al verse desprotegido, empezó a orar a Dios para que le salvara
la vida, y en su delirio el ángel Ariel
se le presento con su túnica blanca y sus dos grandes alas.
-Hermano mío, soy un ángel enviado por nuestro Padre
el Creador, no temas, solo te acompañaré en estos minutos que te quedan de
vida.
-¡Solamente unos minutos de vida!, ¿Solo unos
minutos de vida?, ¿Y que pasara con los años que trabaje para crear todo un
imperio?
-Tú escogiste el trabajo más sucio, la compañía
y la protección de gente mala y vulnerable como tú. Pero si hubieras escogido el bien, y la
protección de Dios nada ni nadie podría hacerte ningún daño. Dios está en todos
lados, y sabe todo lo que hacemos, sabe dónde estamos y qué es lo que necesitamos
todo el tiempo sin que se lo pidamos, pero no pude intervenir ante nuestras
elecciones, siempre está en espera que lo reconozcamos, y le pidamos ayuda para
auxiliarnos, pero en tu caso es demasiado tarde, el ángel de la muerte ha
venido por ti.
Un día el ángel Raguel ya había visitado muchos
hospitales y hogares donde existía la tristeza y el dolor, llevando milagros y
mensajes de amor para sanar los cuerpos y las almas de las personas. También
les había enseñado el camino verdadero para encontrar a Dios. Ahora el ángel
Raguel pretendía visitar a sus hermanos ángeles que vivían del otro lado de la
ciudad en familias completamente creyentes del mundo angelical, personas
agradecidas, compasivas, altruistas, que compartían su felicidad plena con todo
el mundo, en compañía y presencia de Dios, con el amor total de un padre justo
y bondadoso. Los ángeles viajan a la velocidad de un pensamiento, y el ángel
Raguel llego en el momento en que celebraban
una pequeña fiesta de la más pequeña de la familia. Mientras la festejada
apagaba las velitas de su pastel de tres años, una docena de ángeles cantaba
una canción celestial, y con sus hermosas alas le ayudaban a apagar las velitas
del pastel. Ahí donde hay mucho amor, donde reina la paz, donde la familia ora
por el bienestar de todo el mundo, en donde todas sus acciones son igualmente
buenas, como sus pensamientos y sentimientos, así como sus bendiciones de amor hacia toda la
gente, es ahí donde están los ángeles, la Santísima Virgen María, y el maestro
Jesucristo para llenar de protección, abundancia, salud y mucha dicha a toda la
familia.
El ángel Chamuel visito a una hermosa familia
en donde se compartían las bendiciones, los buenos deseos, las alegrías, y
hasta los momentos difíciles de cada miembro, uniéndose todos, contribuyendo
así para su pronta recuperación. Era una
familia creyente de un Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra, de lo visible e invisible, como lo eran los ángeles protectores y
mensajeros del Señor. En alguna ocasión el padre se enfermó gravemente y todos
los hijos pidieron por su sanación e inmediatamente mejoró. Al poco tiempo una hija caía también enferma y
todos oraban por su salud y sanaba inmediatamente. Con el tiempo todos los
hijos del matrimonio encontraron a su pareja amada y se casarón felizmente,
menos la hermana mayor que cuidaba a sus padres ya grandes. Pero resulta que
frecuentemente la hermana se enfermaba, y con fuerzas de su interior lograba
sanarse porque era el único apoyo de sus padres. En alguna ocasión la invadió
una gran depresión al ver que los años
pasaban dejándole todo tipo de
molestias físicas, y por primera vez pidió ayuda para su persona, porque toda
la vida había pedido bendiciones y por la salud de sus seres queridos, pero
siempre se olvidó de ella misma. Y tanto fue su sacrificio que el ángel Chamuel
se le presento físicamente:
- Hermana
mía, soy el ángel Chamuel, y Dios me ha enviado con un mensaje para ti, Él
quiere que sepas que te ama incondicionalmente, como tu amas a todos tus seres
queridos; siempre te ha ayudado y escuchado tus plegarias, porque están llenas de fe, porque las pides
con el corazón; pero durante toda la vida te has olvidado de pedir por ti, tu
autoestima esta por los suelos, no te aceptas ni te quieres lo suficiente. Si
en este momento miras en tu interior,
encontrarás una veta de amor inagotable, ahí encontraras a Dios, nunca más te
consideraras una mártir que se sacrificó por los demás, en ese momento sabrás
que eres miel para el mundo y para ti también, y podrás llenar tu vida con
amor, porque eres amor puro, atrayendo a tu vida la felicidad completa.
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