Desde pequeño soñaba con ser un súper
héroe, salir con mi capa voladora y mi máscara de salvador. Quería pelear
contra los malvados delincuentes que robaban las pertenencias a los más débiles.
Proteger a los indefensos animales que sufrían maltratos de la gente. Luchar a
favor de la libertad de los secuestrados y presos injustamente. Derrotar a los
grandes y poderosos mafiosos que abusaban, sobornaban, lastimaban a los más
desprotegidos; acabar con el asesino, el violador, secuestrador, estafador, defraudador, no importando si fuera político, empresario, sacerdote,
ministro, presidente o ángeles caídos.
Estaba yo a favor de la paz y la
justicia; no podía soportar cuando había abuso o maltrato hacia una persona
débil. En varias de mis escuelas tuve muchos problemas por defender a los más tímidos. Y un día comprendí que no podía intervenir en
todos los casos, no tenía el poder de actuar ni de resolver los problemas de los
demás; y así continué todo el tiempo juzgando
y criticando las injusticias que se
cometían en contra de mucha gente, me
llenaba de indignación y rabia, y muchas veces cuestioné a Dios por
permitir tanta maldad e injusticia en el mundo.
Cómo era posible que los malos siempre fueran los protegidos por algo o alguien, porque siempre eran los
que salían victoriosos, triunfantes.
Un día presencie el asalto que sufrió una pareja en el parque,
inmediatamente intervine queriendo
frustrar el robo pero no fue así, ya que me salieron varios tipos y me pusieron
una golpiza, me asaltaron y me mandaron
al hospital. En aquellos tiempos yo empezaba a cambiar mi manera de pensar, me
volví una persona rebelde, amargada y frustrada por la vida. Continúe
criticando y juzgando la injusticia, pero a la vez peleaba con todo mundo por
cualquier insignificancia. Peleaba con mis padres por cualquier cosa que no
estaba de acuerdo, peleaba con mis hermanos porque no hacían lo que yo pensaba
que era lo correcto, peleaba con mi pareja por nada, simplemente quería pelear.
Me molestaba la desatención de los vecinos, el mal servicio del mecánico y
terminaba peleando, peleaba con el
carpintero, por el mal servicio del dentista, peleaba con mis compañeros de
trabajo porque no hacían bien en trabajo, peleaba con mi jefe que no reconocía
mi esfuerzo, ni las horas extras que regalaba al trabajo. Luchaba contra mí por
someterme a una dieta, peleaba conmigo mismo por mis adicciones, por mis
arranques de cólera sin control.
En una ocasión saliendo del
trabajo unos tipos intentaron asaltarme, entonces mi Ego nuevamente saco al
Súper Héroe que habitaba en mí, de nuevo
me defendí y me enviaron al hospital. Esa noche en el hospital tuve un sueño
muy revelador, desperté en una gran nube blanca, todo mi alrededor era una
neblina muy espesa y de una blancura
radiante, sentía una paz y una calma indescriptible, no sentía el peso
de mi cuerpo, mucho menos los golpes que me habían propinado, pensé que había muerto y me encontraba en el
cielo, hasta que un Ser de Luz apareció de la nada, era un Ángel que me decía:
-ÁNGEL: Has perdido la lucha de
tu vida, viviste todo el tiempo buscando la injusticia y la injusticia salió a
tu encuentro, buscaste todo el tiempo al agresor, al delincuente más peligroso
y lo encontraste. Tu vida era una lucha en contra del mal, y Jesucristo dijo: “Busca y
encontrarás, pide y se te dará, toca y se te abrirá”, tú encontraste lo que
tanto pedias, que era pelear, luchar, pero en realidad no creías en la justicia, más
bien creías en la victoria de los infames, y eso fue lo que encontraste.
-YO: Pero yo solo quería la paz y
que se aplicara la ley. Yo solamente quería el castigo para los malvados y el bienestar para los honestos.
-ANGEL: Jesucristo dijo “No
Resistid al Mal” Las guerras y las luchas contra el mal, algún día dejarán de
existir, pero mientras la gente siga creyendo en ellas, e
invirtiendo energías destructivas, pensamientos negativos, acciones agresivas,
la lucha contra la guerra será nula, ya que seguirá teniendo fuerzas para existir, de tal
manera que los ángeles caídos seguirán alimentando los corazones de las
personas con sed de venganza y odio para seguir atacando. El Mal seguirá inventando razones en las mentes de la gente para nuevamente atacar, creando más energías
negativas con las cuales los seres de la obscuridad se alimentan y se empoderan
más.
-YO: Quiere decir que seguirán
existiendo los malhechores alcanzando la
victoria?
-ÁNGEL: En esta vida el que mata
tendrá que ser asesinado en otra vida, el que secuestra será secuestrado, el
que viola será violado, el que roba será robado. Hay una ley inquebrantable de
la cual nadie se puede salvar. Si tú en algún momento de tu vida mataste a
alguien, entonces eres merecedor de un castigo, entonces en la misma vida o en
la siguiente, tendrá que surgir un victimario ó algún incauto que tenga que
hacer el trabajo sucio de matarte, aunque hubiera un Súper Héroe que quisiera
intervenir para salvarte de esa injusticia, tú deberás pagar tu karma, porque
todo lo que se hace se paga, “ojo por ojo, y diente por diente”. Deja de andar por la vida
juzgando y queriendo aplicar la justicia, recuerda que en las Sagradas Escrituras
estaba escrito que Jesucristo tenía que ser crucificado para salvar a la humanidad.
Alguien tenía que hacer el trabajo sucio de entregar al Hijo de Dios, seguro
que muchos se negaron a realizar esa tarea tan malvada, Pero para que
continuara la historia y se llevara a cabo lo escrito, Judas tuvo que entregar
a Jesús. Entonces, ¿Judas fue un Héroe o un Traidor?, simplemente no hay que
criticar ni juzgar, él tenía que hacer su trabajo y nada más.
-YO: Ya entendí el mensaje, dejare de luchar, dejare de
criticar y juzgar, ¿Pero cuando terminara el mal?
-ÁNGEL: La Lucha diaria contra el
más fuerte, el más poderoso, contra el victimario, contra la maldad, contra la
obscuridad, contra la injusticia, contra uno mismo, contra cualquier cosa, es una lucha encarnada que es muy difícil de
ganar, y cuando se gana, se pierde algo de igual valor. Cuando el rey poderoso obtuvo
la victoria, volteo a ver el campo de batalla y se dio cuenta que también había
perdido miles de hombres, entonces, ¿Dónde está la victoria? Cuando alguien
está luchando contra algo o contra alguien, siempre termina debilitado,
cediendo la energía y el poder al opresor. Cuando se le declara la guerra a
alguien o a algo, se está creando el conflicto, se está aceptando la existencia
del problema entre una víctima y
victimario por un bien común, pero muchas veces el problema no existe, ni el
victimario, tal vez seamos nosotros mismos.
El problema crece y se magnifica de acuerdo con la atención, con la
energía que se le aplique, con la fuerza con que se luche, es como tomará dimensión el conflicto.
-ÁNGEL: Yo soy un mensajero de Dios, y Él me envió para explicarte cómo es que todos
pierden en la lucha queriendo cambiar a la gente, porque ni Dios mismo tiene el derecho de cambiar a nadie, porque
todos gozan de su libre albedrio. Si quieres que cambien las cosas, primero cambia
TÚ MISMO, para que cambie la gente que está a tu lado, y las personas que están
cerca de ti, cambiaran, y algún día dejara de existir el mal. Es como un juego,
mientras haya gente que quiera seguir jugando a la guerra, el juego seguirá
existiendo, pero cuando todos los jugadores del equipo del Bien se salgan del
juego sin la intención de jugar nunca más, entonces el juego de la guerra ya no
tendrá razón de existir.
Ahora, cuando despiertes, nuevamente regresaras a la tierra, y
recordaras toda nuestra conversación para que recapacites y corrijas tu manera
de vivir. Aprovecha la nueva oportunidad que Dios te da, porque no siempre se
conceden nuevas oportunidades.
Después de pelear con los
compañeros de trabajo por años, decidí
cambiar y ahora he vivido en paz, he dejado de criticar sin medida a las
personas, y por consecuencia, cesaron las críticas en contra de mí persona, dejé de juzgar todos los actos de mis compañeros, y
ellos dejaron de juzgarme y
molestarme. Cuando odiaba, envidiaba ó maldecía a mis superiores, recibía lo que
daba, pues únicamente sufría maltrato, nunca había para mí reconocimientos, ni aumentos de sueldo, ni
promociones de ascender a un mejor
puesto. Cuando DEJE DE PELEAR con la
gente con la que trabajaba, todo cambió, amé mi trabajo, a mis compañeros, a
mis superiores, y desde entonces recibo reconocimientos y promociones de mejores puestos.
Lo mismo sucedió cuando renuncié
a seguir peleando con mis padres,
hermanos, maestros, vecinos, dejaron de existir los enemigos, deje de ser la
víctima desapareciendo los victimarios
junto con muchos de mis problemas, ya no hubo quien me atacara porque ya no
oponía resistencia, ya no respondía a sus provocaciones. Todos tienen un
propósito, todos son maestros y a la vez alumnos, ya que también están aprendiendo a vivir a un
ritmo diferente, pero son los mejores maestros los que nos vienen a enseñar nuestras debilidades,
hay que aceptarlos, amarlos y nunca pelear, porque el que pelea, guerra
encontrara.
En el ámbito Espiritual,
todo es armonía, paz, belleza, equilibrio, cultura y amor. Si se perdió la
armonía, es que se perdió el amor; si se DEJA
de alimentar el conflicto con pensamientos negativos, el problema desaparecerá, porque se ha tomado conciencia, eliminando
así los motivos para la existencia de un victimario y
una víctima; lo que era un problema se convierte en un simple error de percepción, ¡COMPRUÉBALO TU
MISMO! deja de luchar, “No te resistas al mal”, porque cuando Jesucristo puso
la otra mejilla, su victimario no pudo resistir a su compasión interna. Deja de
gastar tu energía en la lucha, empieza a amar a tu supuesto enemigo y veras que deja de
atacarte, serás libre, recuperarás tus energías y tu felicidad.
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